China limita exportaciones de minerales raros y aumenta la tensión con Estados Unidos
La medida del gobierno chino exige licencias para exportar minerales esenciales y podría afectar la cadena global de chips, autos eléctricos y defensa.
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.
Conclusiones Clave
- La competencia tecnológica entre Estados Unidos y China ha vuelto a encenderse.
Después de años en los que Washington impuso límites a la exportación de chips avanzados y herramientas de fabricación hacia el gigante asiático, Pekín decidió aplicar su propia estrategia: restringir la salida de minerales usados en la producción de semiconductores, autos eléctricos y armamento.
De acuerdo con The New York Times, las nuevas normas, anunciadas la semana pasada por el gobierno chino, entrarán en vigor antes de que termine el año y exigirán licencias de exportación incluso para operaciones realizadas fuera de China.
El anuncio tomó por sorpresa a empresas y gobiernos, preocupados por su dependencia de los suministros chinos, incluidos los llamados minerales raros.
Henry Farrell, politólogo de la Escuela Johns Hopkins de Estudios Internacionales Avanzados, advirtió que “Estados Unidos tiene que enfrentarse ahora al hecho de que tiene un adversario que puede amenazar partes sustanciales de la economía estadounidense”.
Para el académico, ambas potencias se encuentran “en una etapa mucho más delicada de interdependencia mutua”.
“China realmente ha empezado a descubrir cómo seguir el ejemplo de Estados Unidos y, en cierto sentido, jugar a ese juego mejor de lo que lo está haciendo Estados Unidos”, añadió.
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Más aranceles, la respuesta de Donald Trump
La respuesta estadounidense no tardó en llegar. El presidente Donald Trump amenazó con elevar los aranceles a las importaciones chinas hasta un 100% a partir del 1 de noviembre, a menos que Pekín retroceda en sus restricciones. Incluso advirtió que podría cancelar una reunión con el presidente Xi Jinping.
“No se preocupen por China, ¡todo estará bien! Xi se pone irritable porque a China le gusta aprovecharse de la gente y ellos no pueden aprovecharse de nosotros”, escribió Trump en redes sociales.
El miércoles, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, calificaron el nuevo sistema chino de licencias como “una toma de poder mundial” y reiteraron que “la expectativa es que esto nunca entre en vigor”.
Desde Pekín, Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, acusó a Washington de incoherencia: “Estados Unidos, por un lado, habla de compromiso mientras recurre a las amenazas y a la intimidación por otro, imponiendo aranceles elevados e introduciendo nuevas medidas restrictivas”.
Este episodio se suma a una larga lista de fricciones entre Washington y Pekín desde el inicio del segundo mandato de Donald Trump. Las restricciones comerciales, los aranceles y las medidas tecnológicas se han convertido en herramientas recurrentes en una rivalidad que redefine las reglas del comercio global y marca una nueva etapa en la competencia por el liderazgo económico y tecnológico mundial.
Relacionado: Donald Trump confirma que el acuerdo de TikTok está ‘aprobado’, pero aún no cerrado
Conclusiones Clave
- La competencia tecnológica entre Estados Unidos y China ha vuelto a encenderse.
Después de años en los que Washington impuso límites a la exportación de chips avanzados y herramientas de fabricación hacia el gigante asiático, Pekín decidió aplicar su propia estrategia: restringir la salida de minerales usados en la producción de semiconductores, autos eléctricos y armamento.
De acuerdo con The New York Times, las nuevas normas, anunciadas la semana pasada por el gobierno chino, entrarán en vigor antes de que termine el año y exigirán licencias de exportación incluso para operaciones realizadas fuera de China.
El anuncio tomó por sorpresa a empresas y gobiernos, preocupados por su dependencia de los suministros chinos, incluidos los llamados minerales raros.
Henry Farrell, politólogo de la Escuela Johns Hopkins de Estudios Internacionales Avanzados, advirtió que “Estados Unidos tiene que enfrentarse ahora al hecho de que tiene un adversario que puede amenazar partes sustanciales de la economía estadounidense”.
Para el académico, ambas potencias se encuentran “en una etapa mucho más delicada de interdependencia mutua”.
“China realmente ha empezado a descubrir cómo seguir el ejemplo de Estados Unidos y, en cierto sentido, jugar a ese juego mejor de lo que lo está haciendo Estados Unidos”, añadió.
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Más aranceles, la respuesta de Donald Trump
La respuesta estadounidense no tardó en llegar. El presidente Donald Trump amenazó con elevar los aranceles a las importaciones chinas hasta un 100% a partir del 1 de noviembre, a menos que Pekín retroceda en sus restricciones. Incluso advirtió que podría cancelar una reunión con el presidente Xi Jinping.
“No se preocupen por China, ¡todo estará bien! Xi se pone irritable porque a China le gusta aprovecharse de la gente y ellos no pueden aprovecharse de nosotros”, escribió Trump en redes sociales.
El miércoles, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, calificaron el nuevo sistema chino de licencias como “una toma de poder mundial” y reiteraron que “la expectativa es que esto nunca entre en vigor”.
Desde Pekín, Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, acusó a Washington de incoherencia: “Estados Unidos, por un lado, habla de compromiso mientras recurre a las amenazas y a la intimidación por otro, imponiendo aranceles elevados e introduciendo nuevas medidas restrictivas”.
Este episodio se suma a una larga lista de fricciones entre Washington y Pekín desde el inicio del segundo mandato de Donald Trump. Las restricciones comerciales, los aranceles y las medidas tecnológicas se han convertido en herramientas recurrentes en una rivalidad que redefine las reglas del comercio global y marca una nueva etapa en la competencia por el liderazgo económico y tecnológico mundial.
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