La empresa alemana Böcker convierte un robo en el Museo de Louvre en una estrategia de marketing
Un grupo de ladrones usó un elevador de la marca para entrar al Louvre y robar joyas, sin imaginar que la compañía aprovecharía el hecho para hacer marketing.
Conclusiones Clave
- Del delito a la creatividad publicitaria.
- Lo que empezó como un robo digno de una película terminó inspirando una campaña de marketing.
De acuerdo con BBC, la empresa alemana Böcker, reconocida por fabricar maquinaria para elevación, se encontró en medio del hurto de joyas de la Corona en el Museo del Louvre, después de que los ladrones usaran una de sus plataformas modelo Agilo para entrar y escapar del lugar.
Lo cierto es que el Agilo no fue diseñado para este tipo de aventuras. Se trata de un elevador pensado para mudanzas, capaz de mover hasta 400 kilos a una velocidad de 42 metros por minuto. Sin embargo, los autores del robo lo convirtieron en su herramienta principal para acceder a una ventana del museo y huir con el botín, dejando a la maquinaria de la marca como protagonista inesperada del suceso.
Lejos de lamentarse por la asociación, Böcker reaccionó rápido.
Relacionado: Por qué la próxima era del branding pertenece a quienes se hacen presentes
Abrazando la sorpresa creativa del robo a un museo
En menos de dos días, su equipo de comunicación lanzó una publicación en redes sociales con una foto del elevador y una frase en alemán que desató todo tipo de comentarios: Cuando necseitas que algo sea rápido (Wenn’ mal wieder schnell gehen muss).
“Nos quedamos en shock al ver uno de nuestros equipos involucrado”, reconoció Julia Scharwatz, directora de Marketing de Böcker.
Según explicó, la empresa decidió aprovechar la atención mediática una vez que se confirmó que no hubo heridos ni daños personales.
“Cuando entendimos la magnitud del caso, pensamos que era mejor transformar la sorpresa en una forma creativa de mostrar lo que hacemos”, añadió.
En solo unas horas, la publicación superó las 1.7 millones de visualizaciones en Instagram, frente a las 20,000 que suele alcanzar una publicación promedio de la marca.
Según Scharwatz, el elevador había sido robado días antes del atraco a una empresa de alquiler en París. Los supuestos clientes que lo solicitaron desaparecieron con el equipo tras una falsa demostración.
“Los autores del robo se hicieron pasar por clientes, y el propietario denunció la desaparición del equipo días antes del suceso”, explicó.
La imagen del elevador apoyado sobre el balcón del Louvre recorrió el mundo. Una televisora francesa incluso recreó la escena con animación generada por inteligencia artificial, lo que contribuyó a aumentar el interés por la historia.
Relacionado: Por qué la mayoría de los consejos sobre branding están equivocados — y lo que realmente funciona
Conclusiones Clave
- Del delito a la creatividad publicitaria.
- Lo que empezó como un robo digno de una película terminó inspirando una campaña de marketing.
De acuerdo con BBC, la empresa alemana Böcker, reconocida por fabricar maquinaria para elevación, se encontró en medio del hurto de joyas de la Corona en el Museo del Louvre, después de que los ladrones usaran una de sus plataformas modelo Agilo para entrar y escapar del lugar.
Lo cierto es que el Agilo no fue diseñado para este tipo de aventuras. Se trata de un elevador pensado para mudanzas, capaz de mover hasta 400 kilos a una velocidad de 42 metros por minuto. Sin embargo, los autores del robo lo convirtieron en su herramienta principal para acceder a una ventana del museo y huir con el botín, dejando a la maquinaria de la marca como protagonista inesperada del suceso.
Lejos de lamentarse por la asociación, Böcker reaccionó rápido.
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Abrazando la sorpresa creativa del robo a un museo
En menos de dos días, su equipo de comunicación lanzó una publicación en redes sociales con una foto del elevador y una frase en alemán que desató todo tipo de comentarios: Cuando necseitas que algo sea rápido (Wenn’ mal wieder schnell gehen muss).
“Nos quedamos en shock al ver uno de nuestros equipos involucrado”, reconoció Julia Scharwatz, directora de Marketing de Böcker.
Según explicó, la empresa decidió aprovechar la atención mediática una vez que se confirmó que no hubo heridos ni daños personales.
“Cuando entendimos la magnitud del caso, pensamos que era mejor transformar la sorpresa en una forma creativa de mostrar lo que hacemos”, añadió.
En solo unas horas, la publicación superó las 1.7 millones de visualizaciones en Instagram, frente a las 20,000 que suele alcanzar una publicación promedio de la marca.
Según Scharwatz, el elevador había sido robado días antes del atraco a una empresa de alquiler en París. Los supuestos clientes que lo solicitaron desaparecieron con el equipo tras una falsa demostración.
“Los autores del robo se hicieron pasar por clientes, y el propietario denunció la desaparición del equipo días antes del suceso”, explicó.
La imagen del elevador apoyado sobre el balcón del Louvre recorrió el mundo. Una televisora francesa incluso recreó la escena con animación generada por inteligencia artificial, lo que contribuyó a aumentar el interés por la historia.
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