Empresarios mexicanos piden que no se incluyan pausas en jornada laboral de 40 horas
Concanaco advierte que los costos adicionales de la nueva jornada laboral podrían afectar gravemente a las microempresas en México

La reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas es un tema de debate en México, con el próximo paso centrado en el debate legislativo.
Aunque los foros de discusión ya han concluido, las preocupaciones del sector empresarial continúan.
En particular, una de las peticiones es que las 40 horas laborales no incluyan pausas durante la jornada, una solicitud que busca mitigar los posibles efectos negativos de esta reforma en las empresas, especialmente en las micro.
Según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), la reducción de la jornada laboral podría tener un costo alto para las empresas.
Según El Informador, Octavio de la Torre, presidente de la Concanaco, advirtió que, para las microempresas, este ajuste podría poner en peligro su supervivencia. La reducción de horas laborales aumentaría los gastos de operación y podría dejar a muchas empresas entre la disyuntiva de pagar a sus colaboradores o cerrar sus puertas.
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De acuerdo con el dirigente, los empleados en México actualmente laboran 45 horas semanales, no las 48 horas que se plantean en la propuesta.
De la Torre comparó esta situación con la de otros países europeos que ya tienen jornadas laborales de 40 horas, pero aclaró que en esos países las pausas no se cuentan dentro de ese tiempo.
Por este motivo, la Concanaco solicitó que las pausas no se incluyan dentro de las 40 horas laborales. Aseguran que esta medida es esencial para mantener la viabilidad de las empresas y evitar costos adicionales que podrían ser perjudiciales, especialmente para el sector terciario, que genera el 65% de los empleos en el país.
Además de la solicitud de eliminar las pausas, la Concanaco planteó varias medidas adicionales para aumentar la flexibilidad en la jornada laboral. Una de sus principales propuestas es permitir que tanto los empleados como los empleadores puedan acordar, de forma voluntaria y por escrito, si desean trabajar 40 o 48 horas a la semana. De esta forma, se buscaría encontrar un equilibrio entre las necesidades de los trabajadores y las posibilidades de las empresas.
Asimismo, se sugirió que los días de descanso se establezcan de manera conjunta entre las partes, lo que permitiría una mayor armonía y adaptabilidad en los horarios laborales. La Confederación también pidió que el gobierno asuma los costos fiscales adicionales que puedan derivarse de la implementación de la nueva jornada, sobre todo en las horas extra, y evitar el pago de impuestos adicionales sobre el salario de los trabajadores.
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