No dejes que la incertidumbre te paralice: los líderes más fuertes actúan para abrirse camino hacia la esperanza

Estas estrategias, surgidas en las primeras líneas del movimiento ambiental, también pueden aplicarse al mundo empresarial.

Por Dax Dasilva Oct 28, 2025
gremlin | Getty Images

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.

Conclusiones Clave

  • La acción alimenta la esperanza —no al revés— tanto en los negocios como en la vida.
  • Los valores sólidos y las pequeñas acciones constantes generan un impacto duradero en tiempos de incertidumbre.
  • Escuchar, conectar y empoderar a otros son las verdaderas bases de un liderazgo resiliente.

Jane Goodall fue una de mis heroínas — y una amiga cuya partida aún me cuesta asimilar. Como científica y activista ambiental, Jane luchó por preservar los animales salvajes y los ecosistemas del planeta para las generaciones futuras, manteniendo el optimismo cuando muchos habrían perdido la fe. Una vez me dijo que la esperanza no es pasiva. Es una disciplina. Una práctica.

En otras palabras, no es la esperanza la que genera la acción, sino al contrario: es la acción la que da origen a la esperanza. En tiempos inciertos, actuar puede ser el trampolín hacia ella.

He visto esto de cerca en mi trabajo como ambientalista, donde los problemas muchas veces parecen abrumadores. Pero ante todo soy emprendedor: he construido una plataforma de comercio con miles de empleados, ayudando a cientos de miles de negocios en todo el mundo. En ambos ámbitos, la incertidumbre puede resultar intimidante.

El momento actual es especialmente complejo para el mundo empresarial. Como empleados, emprendedores y líderes, enfrentamos desafíos en múltiples frentes: inflación, aranceles, retrocesos en temas de diversidad e inclusión, disrupción tecnológica por la IA, conflictos globales… a veces parece una batalla cuesta arriba.

Entonces, ¿qué pueden hacer los líderes y sus equipos? Estas son algunas de las estrategias que he visto en las primeras líneas del movimiento ambiental y que, creo, también pueden aplicarse al mundo de los negocios.

Relacionado: 9 estrategias para mantener y escalar tu negocio en tiempos de incertidumbre

Recuerda: los titulares y las tendencias no lo son todo

A veces hay que ignorar lo que se lee. Lo comprobé trabajando con el conservacionista Paul Rosolie en la Amazonia peruana. En 2019, la situación parecía desoladora: los titulares hablaban de pérdida de hábitat, invasiones ilegales y deforestación por tala y quema.

Pero en lugar de caer en un ciclo de desesperanza, Paul decidió actuar. Todo comenzó con una publicación en Instagram pidiendo ayuda, que se volvió viral y llamó la atención de CNN y de la BBC. Eso atrajo el apoyo del gobierno peruano y nuevos recursos. Hoy, Junglekeepers protege 26 zonas naturales — casi 120,000 acres.

En el mundo empresarial ocurre algo similar: estamos saturados de titulares que generan miedo, desde los aranceles hasta la inflación. Lo importante es recordar que las acciones que tomes hoy crean tu mañana.

A inicios de este año, en mi empresa enfrentamos la inflación y una baja en la confianza del consumidor que redujo el gasto. Así que nos concentramos en lo que sí podíamos hacer: redoblar esfuerzos para apoyar a nuestros clientes actuales y buscar nuevos con mayor determinación.

Casi sin darte cuenta, los titulares y las tendencias cambian… y el futuro se ve muy distinto.

Relacionado: Esta mentalidad incómoda es el mayor “hack” de crecimiento para los emprendedores

Piensa a largo y corto plazo

Dicho esto, hay que ejecutar. Cuando me incorporé al movimiento ambiental, una gran decepción fue descubrir que muchas ONG importantes no hacen otra cosa que analizar lo que está mal, gastando millones en informes que explican todas las acciones complejas y a largo plazo que debemos tomar.

Para ser claro, no hay nada malo en ser estratégico y planear a largo plazo. Pero eso debe ir necesariamente acompañado de acción inmediata para no quedar atrapado en la parálisis por análisis.

Vi el poder de este enfoque cerca de casa, en Columbia Británica, cuando trabajé para salvar una cuenca con una comunidad indígena local. Pensábamos que la naturaleza tardaría cinco años en recuperarse. En realidad, la recuperación se puso en marcha en solo un año: brotaron nuevas plantas y volvieron los animales.

En los negocios ocurre lo mismo. Un plan a largo plazo es imprescindible, pero no puedes permitirte no hacer nada hoy. Con tecnologías nuevas como la IA, eso es aún más cierto. Por eso hemos ido integrando IA en nuestra plataforma, ya sea con herramientas para que las tiendas pronostiquen la demanda o con soluciones que permiten a los minoristas crear un sitio web con solo unas pocas indicaciones.

Las estrategias pueden cambiar. Los valores, no

Otro de mis héroes con quien tuve la oportunidad de trabajar fue Paul Watson, fundador de Sea Shepherd. Contra todo pronóstico, lideró un esfuerzo global para rescatar a las ballenas del borde de la extinción.

Sin embargo, en el camino, Sea Shepherd pasó de usar tácticas arriesgadas y casi guerrilleras a adoptar un enfoque mucho menos confrontativo. Pero a lo largo de todo ese proceso, su compromiso con la protección de las ballenas nunca cambió.

Las empresas deberían recordar que mantener firmes sus valores puede ofrecer una fuerza de anclaje similar. Por eso nos hemos negado a retroceder en materia de diversidad, equidad e inclusión (DEI), que han formado parte del ADN de nuestra compañía durante dos décadas. Para nosotros, la diversidad y la inclusión nunca fueron un gesto simbólico ni una cuestión de cuotas. Dar a las personas una oportunidad justa —no una ventaja injusta— ha fortalecido al negocio, ayudándonos a identificar y atraer al mejor talento.

Al final, los valores sólidos generan lealtad. Seis de cada diez personas afirman que hoy les importan más que nunca los valores de las empresas con las que interactúan. Y para tres de cada cuatro empleados, la misión y la cultura de una compañía pesan más que el salario.

Las microinteracciones importan

Al trabajar con la activista indígena Juma Xipaya en la Amazonia brasileña, comprendí el poder de lo personal. Juma lideró una resistencia contra un proyecto de represa en su territorio, así como contra la incursión de madereros y mineros ilegales. Lo logró construyendo confianza en las pequeñas aldeas, una persona y un apretón de manos a la vez.

He visto algo parecido ahora que hemos vuelto a la oficina después de tanto trabajo remoto. Los momentos de conexión humana que podemos compartir tienen un valor real, especialmente cuando el mundo digital puede sentirse distante y solitario. Cada interacción respetuosa que tenemos entre nosotros recuerda que cada pequeño intercambio genera impulso.

Los datos lo confirman: alrededor del 95% de los empleados afirman ser más productivos cuando se sienten conectados con sus colegas. Además, los empleados que se sienten conectados tienen el doble de probabilidades de coincidir en que su lugar de trabajo los motiva a dar más de sí mismos y fomenta la innovación.

Dale voz a tu gente

En mi trabajo ambiental he notado que quienes están en el terreno suelen saber mucho más sobre sostenibilidad que los llamados expertos, pero casi nunca se les consulta. Un ejemplo: durante uno de mis viajes a la Amazonia, un filántropo que nos acompañaba sugirió instalar rociadores para apagar los incendios.

En el contexto empresarial, es igual de importante no solo hacer que los empleados se sientan escuchados, sino actuar con base en su retroalimentación.

Las asambleas generales con la dirección son un buen espacio, pero suelen estar demasiado guionadas: el personal envía las preguntas con antelación y pocas veces se generan conversaciones auténticas.

Por eso yo organizo sesiones abiertas de preguntas y respuestas sin filtro, donde los miembros del equipo pueden preguntar lo que quieran. No se guardan nada. Por ejemplo, me han cuestionado si existe una contradicción entre mi mensaje ambiental y nuestro trabajo con negocios del sector minorista y de hospitalidad. (La respuesta corta: no, porque apoyamos a empresas independientes que ofrecen opciones más sostenibles y mantienen el dinero dentro de la comunidad local).

Fomentar ese tipo de apertura vale la pena. Los empleados que se sienten vistos y escuchados por sus supervisores directos tienen más del 50% de probabilidades de aportar ideas y casi un 40% más de tomar riesgos calculados.

Como emprendedor y ambientalista, no me hago ilusiones sobre los desafíos que enfrenta el mundo. Pero también sé, por experiencia, que cada acción positiva que emprendemos puede ser una luz para otros. Ya sea haciendo crecer un negocio o evitando que la selva se incendie, las personas pueden apoyarse en esa esperanza para lograr cosas extraordinarias.

Relacionado: Cómo usar el poder de la psicología positiva para transformar tu mundo

Conclusiones Clave

  • La acción alimenta la esperanza —no al revés— tanto en los negocios como en la vida.
  • Los valores sólidos y las pequeñas acciones constantes generan un impacto duradero en tiempos de incertidumbre.
  • Escuchar, conectar y empoderar a otros son las verdaderas bases de un liderazgo resiliente.

Jane Goodall fue una de mis heroínas — y una amiga cuya partida aún me cuesta asimilar. Como científica y activista ambiental, Jane luchó por preservar los animales salvajes y los ecosistemas del planeta para las generaciones futuras, manteniendo el optimismo cuando muchos habrían perdido la fe. Una vez me dijo que la esperanza no es pasiva. Es una disciplina. Una práctica.

En otras palabras, no es la esperanza la que genera la acción, sino al contrario: es la acción la que da origen a la esperanza. En tiempos inciertos, actuar puede ser el trampolín hacia ella.

He visto esto de cerca en mi trabajo como ambientalista, donde los problemas muchas veces parecen abrumadores. Pero ante todo soy emprendedor: he construido una plataforma de comercio con miles de empleados, ayudando a cientos de miles de negocios en todo el mundo. En ambos ámbitos, la incertidumbre puede resultar intimidante.

El momento actual es especialmente complejo para el mundo empresarial. Como empleados, emprendedores y líderes, enfrentamos desafíos en múltiples frentes: inflación, aranceles, retrocesos en temas de diversidad e inclusión, disrupción tecnológica por la IA, conflictos globales… a veces parece una batalla cuesta arriba.

Entonces, ¿qué pueden hacer los líderes y sus equipos? Estas son algunas de las estrategias que he visto en las primeras líneas del movimiento ambiental y que, creo, también pueden aplicarse al mundo de los negocios.

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Recuerda: los titulares y las tendencias no lo son todo

A veces hay que ignorar lo que se lee. Lo comprobé trabajando con el conservacionista Paul Rosolie en la Amazonia peruana. En 2019, la situación parecía desoladora: los titulares hablaban de pérdida de hábitat, invasiones ilegales y deforestación por tala y quema.

Pero en lugar de caer en un ciclo de desesperanza, Paul decidió actuar. Todo comenzó con una publicación en Instagram pidiendo ayuda, que se volvió viral y llamó la atención de CNN y de la BBC. Eso atrajo el apoyo del gobierno peruano y nuevos recursos. Hoy, Junglekeepers protege 26 zonas naturales — casi 120,000 acres.

En el mundo empresarial ocurre algo similar: estamos saturados de titulares que generan miedo, desde los aranceles hasta la inflación. Lo importante es recordar que las acciones que tomes hoy crean tu mañana.

A inicios de este año, en mi empresa enfrentamos la inflación y una baja en la confianza del consumidor que redujo el gasto. Así que nos concentramos en lo que sí podíamos hacer: redoblar esfuerzos para apoyar a nuestros clientes actuales y buscar nuevos con mayor determinación.

Casi sin darte cuenta, los titulares y las tendencias cambian… y el futuro se ve muy distinto.

Relacionado: Esta mentalidad incómoda es el mayor “hack” de crecimiento para los emprendedores

Piensa a largo y corto plazo

Dicho esto, hay que ejecutar. Cuando me incorporé al movimiento ambiental, una gran decepción fue descubrir que muchas ONG importantes no hacen otra cosa que analizar lo que está mal, gastando millones en informes que explican todas las acciones complejas y a largo plazo que debemos tomar.

Para ser claro, no hay nada malo en ser estratégico y planear a largo plazo. Pero eso debe ir necesariamente acompañado de acción inmediata para no quedar atrapado en la parálisis por análisis.

Vi el poder de este enfoque cerca de casa, en Columbia Británica, cuando trabajé para salvar una cuenca con una comunidad indígena local. Pensábamos que la naturaleza tardaría cinco años en recuperarse. En realidad, la recuperación se puso en marcha en solo un año: brotaron nuevas plantas y volvieron los animales.

En los negocios ocurre lo mismo. Un plan a largo plazo es imprescindible, pero no puedes permitirte no hacer nada hoy. Con tecnologías nuevas como la IA, eso es aún más cierto. Por eso hemos ido integrando IA en nuestra plataforma, ya sea con herramientas para que las tiendas pronostiquen la demanda o con soluciones que permiten a los minoristas crear un sitio web con solo unas pocas indicaciones.

Las estrategias pueden cambiar. Los valores, no

Otro de mis héroes con quien tuve la oportunidad de trabajar fue Paul Watson, fundador de Sea Shepherd. Contra todo pronóstico, lideró un esfuerzo global para rescatar a las ballenas del borde de la extinción.

Sin embargo, en el camino, Sea Shepherd pasó de usar tácticas arriesgadas y casi guerrilleras a adoptar un enfoque mucho menos confrontativo. Pero a lo largo de todo ese proceso, su compromiso con la protección de las ballenas nunca cambió.

Las empresas deberían recordar que mantener firmes sus valores puede ofrecer una fuerza de anclaje similar. Por eso nos hemos negado a retroceder en materia de diversidad, equidad e inclusión (DEI), que han formado parte del ADN de nuestra compañía durante dos décadas. Para nosotros, la diversidad y la inclusión nunca fueron un gesto simbólico ni una cuestión de cuotas. Dar a las personas una oportunidad justa —no una ventaja injusta— ha fortalecido al negocio, ayudándonos a identificar y atraer al mejor talento.

Al final, los valores sólidos generan lealtad. Seis de cada diez personas afirman que hoy les importan más que nunca los valores de las empresas con las que interactúan. Y para tres de cada cuatro empleados, la misión y la cultura de una compañía pesan más que el salario.

Las microinteracciones importan

Al trabajar con la activista indígena Juma Xipaya en la Amazonia brasileña, comprendí el poder de lo personal. Juma lideró una resistencia contra un proyecto de represa en su territorio, así como contra la incursión de madereros y mineros ilegales. Lo logró construyendo confianza en las pequeñas aldeas, una persona y un apretón de manos a la vez.

He visto algo parecido ahora que hemos vuelto a la oficina después de tanto trabajo remoto. Los momentos de conexión humana que podemos compartir tienen un valor real, especialmente cuando el mundo digital puede sentirse distante y solitario. Cada interacción respetuosa que tenemos entre nosotros recuerda que cada pequeño intercambio genera impulso.

Los datos lo confirman: alrededor del 95% de los empleados afirman ser más productivos cuando se sienten conectados con sus colegas. Además, los empleados que se sienten conectados tienen el doble de probabilidades de coincidir en que su lugar de trabajo los motiva a dar más de sí mismos y fomenta la innovación.

Dale voz a tu gente

En mi trabajo ambiental he notado que quienes están en el terreno suelen saber mucho más sobre sostenibilidad que los llamados expertos, pero casi nunca se les consulta. Un ejemplo: durante uno de mis viajes a la Amazonia, un filántropo que nos acompañaba sugirió instalar rociadores para apagar los incendios.

En el contexto empresarial, es igual de importante no solo hacer que los empleados se sientan escuchados, sino actuar con base en su retroalimentación.

Las asambleas generales con la dirección son un buen espacio, pero suelen estar demasiado guionadas: el personal envía las preguntas con antelación y pocas veces se generan conversaciones auténticas.

Por eso yo organizo sesiones abiertas de preguntas y respuestas sin filtro, donde los miembros del equipo pueden preguntar lo que quieran. No se guardan nada. Por ejemplo, me han cuestionado si existe una contradicción entre mi mensaje ambiental y nuestro trabajo con negocios del sector minorista y de hospitalidad. (La respuesta corta: no, porque apoyamos a empresas independientes que ofrecen opciones más sostenibles y mantienen el dinero dentro de la comunidad local).

Fomentar ese tipo de apertura vale la pena. Los empleados que se sienten vistos y escuchados por sus supervisores directos tienen más del 50% de probabilidades de aportar ideas y casi un 40% más de tomar riesgos calculados.

Como emprendedor y ambientalista, no me hago ilusiones sobre los desafíos que enfrenta el mundo. Pero también sé, por experiencia, que cada acción positiva que emprendemos puede ser una luz para otros. Ya sea haciendo crecer un negocio o evitando que la selva se incendie, las personas pueden apoyarse en esa esperanza para lograr cosas extraordinarias.

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Dax Dasilva

CEO of Lightspeed at Lightspeed Commerce
Entrepreneur Leadership Network® Contributor
Dax Dasilva is the CEO and founder of Lightspeed Commerce, the unified POS and payments platform for ambitious entrepreneurs. He is also the founder of Age of Union, an environmental alliance that has invested $40 million in protecting critical species and ecosystems.

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