Cuando se menciona a la Generación Z, podría ser fácil asociar a sus integrantes con redes sociales, memes y tendencias digitales. Pero un estudio de QS Supplies pone sobre la mesa un tema poco convencional: su incomodidad para usar los baños en el trabajo.

De acuerdo con el estudio, que encuestó a más de mil empleados, el 34% de los nacidos entre 1997 y 2012 siente ansiedad de usar los baños del trabajo. Sorprendentemente, un 11% de ellos confiesa que nunca ha utilizado el baño de la oficina.

Aunque esta incomodidad también afecta a otras generaciones, los Gen Z lideran las estadísticas. Las razones principales: falta de privacidad (59%), preocupación por olores (57%) y ruidos (47%).

Además, las mujeres parecen ser más susceptibles a este malestar: el 48% de ellas asegura sentirse incómoda al usar los baños del trabajo, comparado con solo el 19% de los hombres.

Los baños en espacios laborales suelen tener diseños funcionales, pero poco íntimos: cabinas estrechas, ubicación en zonas concurridas y divisiones que no siempre garantizan privacidad. Estos factores se suman al miedo a ser juzgados por los compañeros de trabajo, ya sea por olores o ruidos.

El ruido, en particular, genera ansiedad en los Gen Z: el 36% de ellos admiten sentirse incómodos por causa de ellos.

Evitar usar el baño durante largas horas no es solo un inconveniente; también tiene repercusiones en la salud. Según QS Supplies, retener las necesidades fisiológicas puede provocar dolor abdominal, estrés y, a largo plazo, problemas digestivos como estreñimiento. Además, el malestar físico puede derivar en una disminución del rendimiento laboral y afectar el ambiente en la oficina.

Estudios como este obligan a las áreas de Recursos Humanos a revisar un aspecto del entorno laboral del que pocas veces se habla: los baños.