La mayoría de los fundadores creen que dominan la IA — pero la usan mal. Así es como puedes impulsar un crecimiento real

La inteligencia artificial no salvará tu startup: la curiosidad, el enfoque y hacer las preguntas correctas sí lo harán.

Por Charles Sims Sep 30, 2025
Dragos Condrea | Getty Images

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.

Conclusiones Clave

  • La mayoría de los fundadores malutilizan la IA al añadirla como una función más en lugar de usarla para resolver problemas reales del negocio.
  • La clave para liberar el verdadero potencial de la inteligencia artificial está en hacer las preguntas correctas y enfocarse en la claridad, la eficiencia y el crecimiento.

La semana pasada, un fundador me presentó una herramienta de retención de clientes “impulsada por IA”. En esencia, era solo un chatbot pegado a una red social en decadencia. Cuando le pregunté qué problema específico resolvía para los usuarios, no supo responder. En cambio, se apoyó en palabras de moda: “aprovechamos el aprendizaje automático” y “perspectivas de redes neuronales”.

¿Te suena familiar?

Cada día, los fundadores repiten la misma pregunta en juntas y salas de consejo en todo el país:

“¿Cómo podemos usar la IA para conseguir más clientes?”

Suena estratégico. Suena convincente para los inversores. Pero es la pregunta equivocada.

Como capitalista de riesgo, tecnólogo y asesor de decenas de empresas en etapas tempranas, lo veo todo el tiempo. Bajo la presión de crecer rápido, los fundadores tratan la inteligencia artificial (IA) como un accesorio — un atajo hacia los ingresos o la credibilidad. Pero la IA no es solo otra herramienta en tu stack. Es un cambio en la forma en que piensas, operas y resuelves problemas.

Si tus preguntas son superficiales, tus resultados con IA también lo serán. A menos que cambies tu mentalidad, te perderás la verdadera oportunidad que esta tecnología ofrece.

Relacionado: Por qué decir “sí” es tu mejor jugada profesional en la era de la inteligencia artificial

La trampa de la “solución mágica”

Muchos fundadores tratan la IA como si fuera una navaja suiza:

  • ¿Problemas para atraer usuarios? Ponle un chatbot.
  • ¿Quieres mejorar el marketing? Genera contenido automático.
  • ¿Tienes que entregar un pitch deck? Que la IA lo escriba.

La verdad es simple: la IA no arregla lo que está roto en la base.

Hace poco revisé la presentación de un fundador con una red social en decadencia. La participación de los usuarios estaba estancada. En vez de trabajar en el product-market fit (encaje producto–mercado), agregó un vago “motor de engagement con IA” al deck, esperando impresionar a los inversores.

¿El resultado? Pura confusión. La IA no estaba resolviendo nada real, solo ocultaba la falta de claridad.

La mayoría de los fundadores le “atornillan” la IA a ideas que ni siquiera han sido validadas. Lo que necesitan no es otra función, es enfoque.

Sí, el 89% de las pequeñas empresas dicen haber adoptado IA y más del 60% afirma que les mejoró su productividad. Pero la mayoría todavía la usa de forma reactiva, no estratégica.

El verdadero poder de la IA no está en dar respuestas inmediatas, sino en ayudarnos a pensar con más claridad.

Preguntas superficiales vs. preguntas estratégicas

Preguntas superficiales

  • “¿Cómo puede la IA conseguirnos más usuarios?”
  • “¿La IA puede escribir nuestro pitch deck?”
  • “¿Cómo le añadimos IA a nuestro producto?”
  • “¿Las funciones de IA impresionarán a los inversores?”
  • “¿La IA puede automatizar nuestro servicio al cliente?”

Preguntas estratégicas

  • “¿Qué puntos de fricción en la experiencia del usuario podría eliminar la IA?”
  • “¿Cómo puede la IA ayudarnos a validar nuestras suposiciones antes de presentarlas a inversores?”
  • “¿Qué tareas repetitivas están drenando la energía creativa de nuestro equipo?”
  • “¿En qué áreas estamos tomando decisiones con datos incompletos?”
  • “¿Qué patrones en las quejas de clientes se nos están escapando?”

Un fundador con el que trabajo no usa la IA para generar contenido. La utiliza para simular conversaciones con clientes, poner a prueba sus presentaciones y explorar decenas de formas de plantear su propuesta de valor.

¿Su arma secreta? La curiosidad… y la disposición a equivocarse.

Relacionado: Los primeros 1,000 días de ChatGPT: lecciones clave de IA para líderes empresariales

Contexto antes que código

Los fundadores ansiosos por “ponerle IA a todo” suelen saltarse el paso más crítico: entender el contexto.

A esto lo llamo el Método Huracán: combinar la toma de decisiones binarias con una empatía radical. Antes de construir cualquier flujo de trabajo con IA, los fundadores necesitan comprender a fondo a sus equipos, productos, usuarios y datos.

Si omites este paso, corres el riesgo de romper lo que ya funciona — o peor aún, de alejar a tus usuarios.

Los fundadores que realmente logran resultados con la IA se hacen preguntas como:

  • ¿Qué está drenando la creatividad de mi equipo?
  • ¿Dónde estamos perdiendo tiempo o claridad?
  • ¿Cómo podría la IA apoyar a nuestra gente, en lugar de reemplazarla?
  • ¿Qué supuestos sobre nuestros usuarios necesitan ser puestos a prueba?

Relacionado: El mundo se está dividiendo entre quienes usan ChatGPT para ser mejores, más inteligentes, más ricos — y todos los demás

La IA como traductor

La IA es una de las mejores herramientas de traducción jamás creadas — sobre todo dentro de las organizaciones.

Imagina a un CEO sin perfil técnico que se prepara para una reunión con el CMO y el director de ingeniería. Se siente atrapado entre dos silos, cada uno hablando su propio idioma. Usa la IA para simular conversaciones, simplificar jerga y anticipar objeciones. De pronto, entra a la reunión como un puente, no como un espectador.

Ese es el mindset de copiloto: la IA debe aclarar, no reemplazar. Potenciar, no imponer.

Además, la IA abre espacio para hacer preguntas “ingenuas”, esas que los fundadores quizá no se atreverían a decir en voz alta. Si se abrazan con vulnerabilidad, esas preguntas pueden detonar un crecimiento real.

Algunas empresas usarán la IA para recortar puestos. Las inteligentes la usarán para elevar el trabajo de todos.

  • Un equipo legal que usa IA para detectar riesgos de cumplimiento sigue siendo un equipo legal — solo que más rápido y estratégico.
  • Un mercadólogo junior que usa IA para esbozar ideas sigue construyendo la marca — pero con más iteraciones.

Los fundadores deben crear culturas donde la IA fomente la exploración, no el miedo. Donde se modele la curiosidad por encima de la perfección. Demuestra a tu equipo que hacer mejores preguntas conduce a mejores decisiones y a generar verdadero impulso.

Relacionado: ¿Estás usando la inteligencia artificial de forma efectiva o estás desperdiciando su potencial? Hazte estas 5 preguntas para averiguarlo

Reprograma tu enfoque de IA en 30 días

Si has estado pensando en la IA de manera equivocada, reiníciala con este plan:

Semana 1: Cuestiona tus preguntas

  • Días 1–3: Pide a la IA que adopte el papel de tu crítico más duro e identifique tres puntos ciegos en tu modelo de negocio.
  • Días 4–7: Dale a la IA tu pitch deck y pregunta: “¿Qué haría que un inversor lo rechazara?”

Semana 2: Potencia a tu equipo

  • Días 8–10: Que cada miembro del equipo use la IA para resolver su mayor pérdida de tiempo y luego compartan los resultados.
  • Días 11–14: Organiza “horas de oficina con IA” donde se fomente la experimentación.

Semana 3: Documenta tu lógica

  • Días 15–17: Antes de usar la IA para cualquier decisión, escribe primero tu hipótesis.
  • Días 18–21: Registra los resultados, tu razonamiento y las sorpresas que surjan.

Semana 4: Redefine el éxito

  • Días 22–25: Mide mejoras en claridad y velocidad de decisión — no solo el uso de IA.
  • Días 26–28: Identifica cuáles experimentos con IA deberían convertirse en flujos de trabajo permanentes.
  • Días 29–30: Comparte con tu equipo el mayor aprendizaje que obtuviste gracias a la IA.

Recuerda: la IA no constituye el objetivo final. Los aspectos fundamentales son la claridad, la eficiencia y la colaboración.

La ventaja competitiva

La IA no premia a quien tiene la función más llamativa. Premia a la persona más curiosa en la sala.

No te concentres en sonar interesante. Sé quien más interés demuestra. Pregunta, una y otra vez:

“¿Qué es lo que aún no estoy viendo?”

Luego ve y descúbrelo.

La curiosidad se acumula. Esa es tu verdadera ventaja con la IA.

Relacionado: La ventaja no está en la IA: está en tu gente

Conclusiones Clave

  • La mayoría de los fundadores malutilizan la IA al añadirla como una función más en lugar de usarla para resolver problemas reales del negocio.
  • La clave para liberar el verdadero potencial de la inteligencia artificial está en hacer las preguntas correctas y enfocarse en la claridad, la eficiencia y el crecimiento.

La semana pasada, un fundador me presentó una herramienta de retención de clientes “impulsada por IA”. En esencia, era solo un chatbot pegado a una red social en decadencia. Cuando le pregunté qué problema específico resolvía para los usuarios, no supo responder. En cambio, se apoyó en palabras de moda: “aprovechamos el aprendizaje automático” y “perspectivas de redes neuronales”.

¿Te suena familiar?

Cada día, los fundadores repiten la misma pregunta en juntas y salas de consejo en todo el país:

“¿Cómo podemos usar la IA para conseguir más clientes?”

Suena estratégico. Suena convincente para los inversores. Pero es la pregunta equivocada.

Como capitalista de riesgo, tecnólogo y asesor de decenas de empresas en etapas tempranas, lo veo todo el tiempo. Bajo la presión de crecer rápido, los fundadores tratan la inteligencia artificial (IA) como un accesorio — un atajo hacia los ingresos o la credibilidad. Pero la IA no es solo otra herramienta en tu stack. Es un cambio en la forma en que piensas, operas y resuelves problemas.

Si tus preguntas son superficiales, tus resultados con IA también lo serán. A menos que cambies tu mentalidad, te perderás la verdadera oportunidad que esta tecnología ofrece.

Relacionado: Por qué decir “sí” es tu mejor jugada profesional en la era de la inteligencia artificial

La trampa de la “solución mágica”

Muchos fundadores tratan la IA como si fuera una navaja suiza:

  • ¿Problemas para atraer usuarios? Ponle un chatbot.
  • ¿Quieres mejorar el marketing? Genera contenido automático.
  • ¿Tienes que entregar un pitch deck? Que la IA lo escriba.

La verdad es simple: la IA no arregla lo que está roto en la base.

Hace poco revisé la presentación de un fundador con una red social en decadencia. La participación de los usuarios estaba estancada. En vez de trabajar en el product-market fit (encaje producto–mercado), agregó un vago “motor de engagement con IA” al deck, esperando impresionar a los inversores.

¿El resultado? Pura confusión. La IA no estaba resolviendo nada real, solo ocultaba la falta de claridad.

La mayoría de los fundadores le “atornillan” la IA a ideas que ni siquiera han sido validadas. Lo que necesitan no es otra función, es enfoque.

Sí, el 89% de las pequeñas empresas dicen haber adoptado IA y más del 60% afirma que les mejoró su productividad. Pero la mayoría todavía la usa de forma reactiva, no estratégica.

El verdadero poder de la IA no está en dar respuestas inmediatas, sino en ayudarnos a pensar con más claridad.

Preguntas superficiales vs. preguntas estratégicas

Preguntas superficiales

  • “¿Cómo puede la IA conseguirnos más usuarios?”
  • “¿La IA puede escribir nuestro pitch deck?”
  • “¿Cómo le añadimos IA a nuestro producto?”
  • “¿Las funciones de IA impresionarán a los inversores?”
  • “¿La IA puede automatizar nuestro servicio al cliente?”

Preguntas estratégicas

  • “¿Qué puntos de fricción en la experiencia del usuario podría eliminar la IA?”
  • “¿Cómo puede la IA ayudarnos a validar nuestras suposiciones antes de presentarlas a inversores?”
  • “¿Qué tareas repetitivas están drenando la energía creativa de nuestro equipo?”
  • “¿En qué áreas estamos tomando decisiones con datos incompletos?”
  • “¿Qué patrones en las quejas de clientes se nos están escapando?”

Un fundador con el que trabajo no usa la IA para generar contenido. La utiliza para simular conversaciones con clientes, poner a prueba sus presentaciones y explorar decenas de formas de plantear su propuesta de valor.

¿Su arma secreta? La curiosidad… y la disposición a equivocarse.

Relacionado: Los primeros 1,000 días de ChatGPT: lecciones clave de IA para líderes empresariales

Contexto antes que código

Los fundadores ansiosos por “ponerle IA a todo” suelen saltarse el paso más crítico: entender el contexto.

A esto lo llamo el Método Huracán: combinar la toma de decisiones binarias con una empatía radical. Antes de construir cualquier flujo de trabajo con IA, los fundadores necesitan comprender a fondo a sus equipos, productos, usuarios y datos.

Si omites este paso, corres el riesgo de romper lo que ya funciona — o peor aún, de alejar a tus usuarios.

Los fundadores que realmente logran resultados con la IA se hacen preguntas como:

  • ¿Qué está drenando la creatividad de mi equipo?
  • ¿Dónde estamos perdiendo tiempo o claridad?
  • ¿Cómo podría la IA apoyar a nuestra gente, en lugar de reemplazarla?
  • ¿Qué supuestos sobre nuestros usuarios necesitan ser puestos a prueba?

Relacionado: El mundo se está dividiendo entre quienes usan ChatGPT para ser mejores, más inteligentes, más ricos — y todos los demás

La IA como traductor

La IA es una de las mejores herramientas de traducción jamás creadas — sobre todo dentro de las organizaciones.

Imagina a un CEO sin perfil técnico que se prepara para una reunión con el CMO y el director de ingeniería. Se siente atrapado entre dos silos, cada uno hablando su propio idioma. Usa la IA para simular conversaciones, simplificar jerga y anticipar objeciones. De pronto, entra a la reunión como un puente, no como un espectador.

Ese es el mindset de copiloto: la IA debe aclarar, no reemplazar. Potenciar, no imponer.

Además, la IA abre espacio para hacer preguntas “ingenuas”, esas que los fundadores quizá no se atreverían a decir en voz alta. Si se abrazan con vulnerabilidad, esas preguntas pueden detonar un crecimiento real.

Algunas empresas usarán la IA para recortar puestos. Las inteligentes la usarán para elevar el trabajo de todos.

  • Un equipo legal que usa IA para detectar riesgos de cumplimiento sigue siendo un equipo legal — solo que más rápido y estratégico.
  • Un mercadólogo junior que usa IA para esbozar ideas sigue construyendo la marca — pero con más iteraciones.

Los fundadores deben crear culturas donde la IA fomente la exploración, no el miedo. Donde se modele la curiosidad por encima de la perfección. Demuestra a tu equipo que hacer mejores preguntas conduce a mejores decisiones y a generar verdadero impulso.

Relacionado: ¿Estás usando la inteligencia artificial de forma efectiva o estás desperdiciando su potencial? Hazte estas 5 preguntas para averiguarlo

Reprograma tu enfoque de IA en 30 días

Si has estado pensando en la IA de manera equivocada, reiníciala con este plan:

Semana 1: Cuestiona tus preguntas

  • Días 1–3: Pide a la IA que adopte el papel de tu crítico más duro e identifique tres puntos ciegos en tu modelo de negocio.
  • Días 4–7: Dale a la IA tu pitch deck y pregunta: “¿Qué haría que un inversor lo rechazara?”

Semana 2: Potencia a tu equipo

  • Días 8–10: Que cada miembro del equipo use la IA para resolver su mayor pérdida de tiempo y luego compartan los resultados.
  • Días 11–14: Organiza “horas de oficina con IA” donde se fomente la experimentación.

Semana 3: Documenta tu lógica

  • Días 15–17: Antes de usar la IA para cualquier decisión, escribe primero tu hipótesis.
  • Días 18–21: Registra los resultados, tu razonamiento y las sorpresas que surjan.

Semana 4: Redefine el éxito

  • Días 22–25: Mide mejoras en claridad y velocidad de decisión — no solo el uso de IA.
  • Días 26–28: Identifica cuáles experimentos con IA deberían convertirse en flujos de trabajo permanentes.
  • Días 29–30: Comparte con tu equipo el mayor aprendizaje que obtuviste gracias a la IA.

Recuerda: la IA no constituye el objetivo final. Los aspectos fundamentales son la claridad, la eficiencia y la colaboración.

La ventaja competitiva

La IA no premia a quien tiene la función más llamativa. Premia a la persona más curiosa en la sala.

No te concentres en sonar interesante. Sé quien más interés demuestra. Pregunta, una y otra vez:

“¿Qué es lo que aún no estoy viendo?”

Luego ve y descúbrelo.

La curiosidad se acumula. Esa es tu verdadera ventaja con la IA.

Relacionado: La ventaja no está en la IA: está en tu gente

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