5 señales claras de que trabajas para un narcisista
El narcisismo excesivo puede ser muy destructivo; aquí te explicamos cómo saber con certeza si tu jefe o CEO es un verdadero narcisista.

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Construiste tu empresa con años de esfuerzo, dedicación y sacrificio. Idealmente, imaginaste una organización próspera con un gran equipo. Sin embargo, en algún momento, las cosas comenzaron a desmoronarse. De repente, la trayectoria de la empresa cambió, la moral del equipo se desplomó y la energía se alteró.
Tu primer pensamiento podría ser: “¿Qué salió mal?” La respuesta, desafortunadamente, podría estar en la personalidad de tu CEO. Aunque la confianza y el carisma son características esenciales de un líder, el narcisismo excesivo puede ser altamente destructivo. Aquí tienes cinco señales claras de un jefe o CEO narcisista y por qué importa.
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1. Necesidad excesiva de elogios y reconocimiento
Muchas veces, los CEOs narcisistas hacen grandes esfuerzos para asegurarse de estar siempre en el centro de atención. Pueden atribuirse el mérito de los éxitos del equipo, enfatizando su papel y minimizando el de los demás. Como resultado de este comportamiento, los empleados se sienten desmotivados y poco valorados.
Por ejemplo, si un CEO aparece constantemente en la narrativa de cada historia de éxito de la empresa, incluso cuando su participación es mínima, eso es una señal de alerta. Además, puede buscar reconocimiento a través de premios o cobertura mediática, a veces sacrificando los intereses a largo plazo de la empresa.
Por qué importa: En ausencia de validación constante, se pueden tomar decisiones equivocadas. Cuando un CEO es narcisista, puede priorizar iniciativas que mejoren su imagen en lugar de aquellas que fomenten el crecimiento sostenible.
2. Falta de empatía
La empatía es la base del liderazgo efectivo. De hecho, según una encuesta de Ernst & Young realizada en 2023, el 86% de los empleados cree que un liderazgo empático mejora la moral. Además, el 87% considera que la empatía es esencial para fomentar una cultura de inclusión.
Sin embargo, los CEOs narcisistas carecen de esta cualidad y ven a los empleados y a los stakeholders como herramientas para alcanzar sus propios objetivos. Tienden a ignorar la retroalimentación, descuidar el bienestar de los empleados y pasar por alto el impacto más amplio de sus decisiones.
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Además de generar altas tasas de rotación y baja moral entre los empleados, quienes se sienten invisibles o poco valorados tienen menos probabilidades de mantenerse comprometidos, y la organización sufre como consecuencia.
Por qué es importante: La empatía resulta esencial para que un CEO lidere e inspire a su equipo de manera efectiva. Su ausencia fomenta un ambiente laboral tóxico donde se sofocan la innovación y la colaboración.
3. Impulsado por la necesidad de control
Un líder narcisista suele supervisar en exceso (microgestión) y mantener el control sobre todos los aspectos de la organización. Si cree que otros no cumplirán con sus altos estándares, puede tener dificultades para delegar tareas y confiar en su equipo.
Además, manipula, intimida y amenaza a otros para mantener el control. Algunos incluso pueden recurrir a la adulación, las mentiras o el menosprecio.
Además de ralentizar los procesos, este comportamiento puede afectar la productividad y la moral. Cuando el CEO debe aprobar personalmente cada decisión menor, puede generar cuellos de botella y frustrar a los empleados que desean asumir responsabilidades sobre su trabajo.
Por qué es importante: Los CEOs controladores sofocan la creatividad y la autonomía. El resultado a largo plazo puede ser la falta de innovación y una fuerza laboral desmotivada.
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4. Una visión ambiciosa con poco seguimiento
Es común que los CEOs narcisistas se presenten como líderes visionarios con ideas audaces. Aunque tener una visión clara es vital, estos líderes pueden priorizar la grandiosidad por encima de la practicidad. Muchas veces, no proporcionan planes realistas ni los recursos necesarios para alcanzar sus ambiciosos objetivos.
Como consecuencia de este comportamiento, los empleados pueden sentirse desilusionados y no cumplir con sus expectativas. Por ejemplo, si un CEO promete duplicar los ingresos en un año sin considerar las condiciones del mercado, el equipo se ve obligado a improvisar para alcanzar metas imposibles.
Por qué es importante: Los objetivos poco realistas pueden dañar la credibilidad de la empresa y la moral del equipo. El resultado es una disminución de la productividad y una mayor rotación, ya que los empleados se vuelven cínicos y desmotivados.
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5. Culpar a otros y evitar la responsabilidad
Cuando una persona es narcisista, es incapaz de asumir la responsabilidad de sus errores. Como resultado, los CEOs narcisistas suelen culpar a otros, como empleados, el mercado o la competencia. Les resulta fácil atribuirse el mérito de los éxitos, pero son igualmente rápidos para distanciarse de los errores.
“Los jefes narcisistas tienden a apropiarse del crédito por lo que sale bien y a esquivar la culpa por lo que no sale bien o, más específicamente, a culpar abiertamente a otros o a circunstancias externas por lo que no funciona”, añade Amy Edmondson, profesora de la Harvard Business School que estudia la seguridad psicológica en el trabajo.
Al desplazar la culpa, la organización pierde confianza. Los empleados pueden sentirse injustamente señalados como chivos expiatorios, lo que puede generar desmotivación y resentimiento. Además, la falta de responsabilidad en la alta dirección da un mal ejemplo al resto de la organización.
Por qué es importante: La responsabilidad es esencial para mejorar y crecer. Sin ella, la organización cometerá los mismos errores una y otra vez y se estancará.
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El impacto de un CEO narcisista
Es posible que una organización experimente consecuencias de gran alcance cuando hay un CEO narcisista. Entre los posibles impactos se incluyen:
- Cultura tóxica. Los líderes narcisistas suelen fomentar el miedo, la competencia y la desconfianza. Puede haber una tendencia en los empleados a priorizar la autopreservación sobre la colaboración.
- Alta rotación. Sin empatía ni reconocimiento, los empleados talentosos pueden abandonar la organización, dificultando la retención del mejor talento.
- Enfoque a corto plazo. Las personas con personalidades narcisistas pueden priorizar la gratificación inmediata sobre la sostenibilidad a largo plazo, poniendo en riesgo el futuro de la empresa.
- Reputación dañada. Un CEO narcisista puede afectar la reputación de la empresa, tanto interna como externamente, lo que impacta negativamente en las relaciones con clientes, inversionistas y otros stakeholders.
Cómo abordar el problema
Si tu CEO muestra tendencias narcisistas, es necesario tomar medidas proactivas para mitigar su impacto:
- Construir un equipo de liderazgo sólido. Curiosamente, Lorenz Graf-Vlachy, profesor de estrategia y liderazgo en la Technische Universität Dortmund en Alemania, descubrió que los CEOs narcisistas muchas veces dañan a las empresas al contratar personas con autoestima similar para cargos de alta dirección. Como resultado, hay turbulencia y rotación en el nivel ejecutivo. Como medida preventiva, rodea al CEO con líderes competentes y empáticos que puedan equilibrar sus deficiencias y defender a los empleados.
- Fomentar la comunicación abierta. Proporciona a los empleados canales para expresar sus preocupaciones sin miedo a represalias. En particular, la retroalimentación anónima puede ser muy efectiva. Para crear cuestionarios anónimos, puedes usar Google Forms o Microsoft Forms. También puedes emplear herramientas especializadas como CultureMonkey, que recopila retroalimentación anónima de los empleados.
- Enfocarse en los valores fundamentales. En lugar de centrarse en las ambiciones personales, refuerza la misión y los valores de la empresa para establecer un enfoque a largo plazo.
- Buscar apoyo externo. Invierte en servicios de coaching o consultoría para ayudar al CEO a reconocer y ajustar su comportamiento.
- Monitorear y evaluar. Evalúa regularmente el desempeño del CEO y su impacto en la organización. Considera que puede ser necesario involucrar a la junta directiva para abordar problemas persistentes.
Reflexiones finales
Ningún líder es perfecto. Sin embargo, el narcisismo excesivo en un líder puede obstaculizar el éxito de una organización. Cuando las empresas reconocen las señales y abordan el problema, pueden proteger su cultura, a sus empleados y su viabilidad a largo plazo.
Recuerda que el rol de un líder va más allá de buscar la gloria personal.