El futuro es de quienes orquestan la IA, no de quienes solo le delegan tareas

La mayoría de los ejecutivos siguen tratando a la IA como un simple gestor de tareas, pero el verdadero avance ocurre cuando construyes agentes que piensan como tú y operan de forma autónoma.

Por Tom Popomaronis Nov 25, 2025
PixeloneStocker | Getty Images

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.

Conclusiones Clave

  • Los agentes de IA actúan como gemelos digitales, recuperan tu tiempo y amplifican tu capacidad cognitiva.
  • La claridad se convierte en el nuevo límite: mejores instrucciones crean mejores sistemas… y mejores líderes.

Los CEOs tradicionales viven y respiran la delegación en cada paso de su trabajo. Muchas veces terminan supervisando cadenas de delegación que se ramifican en más cadenas. Cada decisión genera tres reuniones. Cada reunión genera cinco seguimientos.

Construí mi carrera dentro de ese modelo y, siendo honesto, puede ser agotador. Un sistema basado estrictamente en delegar funciona bien cuando recién comienzas, pero a gran escala se derrumba por su propio peso.

Por suerte, ya estamos en la era de la IA agente, y esto les está dando a los ejecutivos más libertad y flexibilidad de la que jamás imaginaron.

Yo adopté la mentalidad de que los agentes de IA son, en realidad, una extensión de nosotros mismos. Podemos integrarlos a los sistemas de nuestro negocio y orquestarlos como si fueran nuestros gemelos digitales. Este cambio transformó por completo mi forma de pensar y me devolvió tiempo, al mismo tiempo que me hizo más productivo.

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El paso de lo lineal a lo paralelo

La mayoría de los ejecutivos todavía trata a la IA como una herramienta a la que delegar, no como la infraestructura sobre la cual construir. Le piden a la IA que haga tareas en lugar de diseñar sistemas que piensen a la par de ellos, y eso les consume tanto tiempo como antes… o incluso más.

La realidad es simple: la delegación está hecha para las personas; la orquestación, para los sistemas.

La delegación es, por naturaleza, lineal, y esa linealidad se convierte en tu techo. Ya sea que trabajes con IA o con personas, el baile de la delegación es el mismo: entregar, esperar, dar seguimiento, revisar y repetir hasta que quedes satisfecho con el resultado.

Cuando puedes diseñar un agente de IA que piensa como tú, estás replicando tus propios patrones de decisión, pero en un formato paralelo y ultra eficiente que sigue funcionando mientras tú estás haciendo otra cosa completamente distinta.

Cuando empecé a construir el primer sistema de flujo de trabajo multiagente en Phantom IQ, lo vi en acción y encontré un potencial enorme. Aprendía de mis decisiones y aumentaba su producción sin necesitar mi intervención constante, lo que transformó por completo mi rutina diaria para bien.

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Cómo luce realmente la orquestación

Cada mañana inicia con lo que llamo un breve ciclo de orquestación. ¿Qué necesita investigación? ¿Qué requiere seguimiento? ¿Qué procesos pueden cerrarse de forma autónoma? Yo defino la intención, y los sistemas se encargan de la ejecución.

La diferencia clave es sutil en la superficie, pero enorme en su impacto. No le pido a los sistemas que hagan cosas y me quedo encima de ellos todo el tiempo. Estructuro lo que deben hacer y los dejo trabajar. Ellos se encargan de tareas repetitivas que de otro modo haría manualmente —o delegaría— como investigación, formateo, resúmenes y seguimiento, con una precisión quirúrgica.

Nuestros agentes de IA, por ejemplo, nos ayudan a trabajar con ejecutivos para identificar audiencias objetivo, generar ideas para newsletters y desarrollar una estrategia de distribución. Lo que antes tomaba de dos a cuatro semanas después de la incorporación, ahora sucede en menos de una hora.

Otro gran ejemplo: antes pasaba horas extrayendo datos de LinkedIn, leyendo artículos y analizando la actividad reciente de distintos fundadores. Ahora tengo sistemas que hacen eso en minutos, usando investigación profunda de Perplexity y técnicas avanzadas de prompt engineering.

Para el mediodía, no estoy abrumado por el caos ni por una lista infinita de pendientes. En lugar de eso, tengo claridad sobre lo que ya logré y lo que debe suceder después.

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Lo que más me sorprendió

Una de las cosas que más me sorprendió al trabajar con estos sistemas inteligentes fue la sensación de alivio que trajeron. Las reuniones constantes y los seguimientos pueden resultar agotadores a nivel cognitivo, lo que hace que todo lo demás sea un poco más difícil.

Descubrí que mantenerme mentalmente más despierto durante el día mejora mis decisiones de negocio y me permite estar más presente cuando paso tiempo con mi familia después del trabajo.

Pero la mayor sorpresa fue cómo la orquestación me obligó a mejorar. Cuando orquestas, tu claridad se convierte en el límite. Si tus instrucciones son vagas, el resultado lo refleja.

Los sistemas te ponen un espejo frente a tu propio proceso cognitivo, y no tienes opción más que afinarlo. Poco después de implementar este modelo, empecé a escribir con más claridad, a pensar con más claridad y a comunicar con más claridad.

Fue una lección de humildad, en el mejor sentido posible.

Como resultado de esta mejora constante —casi forzada—, mi gemelo digital se vuelve más realista y confiable con el tiempo.

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Tiempo ganado por cada entrega

Ya no mido mis resultados como antes. Ahora mido el tiempo recuperado. Si un agente me devuelve tres horas, para mí ese es el verdadero ROI.

A esto le llamo cognición compuesta. Mientras más tiempo recupero, más puedo dedicar a hacer otra cosa, ya sea impulsar mi negocio o pasar tiempo con mis hijos. Con eso en mente, mis días se miden en libertad mental. Estoy convencido de que esa es la verdadera curva de productividad en esta nueva era de agentes.

Si quieres empezar por tu cuenta, recomiendo usar un agente de IA para manejar tu bandeja de entrada. Es ideal para empezar: repetitiva, cognitivamente agotadora y universalmente entendible. Cuando un sistema de IA puede resumir hilos, redactar respuestas y priorizar mensajes antes de que siquiera abras tu correo, ya recuperaste la primera hora del día.

Lo que sucederá es que, una vez que experimentes los beneficios de la orquestación en un área, empezarás a ver potencial en todas partes. Se convierte en una mentalidad acumulativa. Te da hambre de encontrar el siguiente flujo de trabajo por automatizar, la siguiente forma de ahorrar un poco más de tiempo cada día.

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El futuro pertenece a los orquestadores 

Construir y utilizar sistemas basados en agentes me enseñó a estar más presente. Esa es la ironía que no esperaba. Cuando los sistemas se encargan del trabajo pesado y de las tareas mentalmente agotadoras, recuperas más de tu humanidad.

Claro, todavía hay días en los que trabajo hasta tarde y momentos en los que saco el teléfono durante la cena, pero estoy avanzando y he recuperado más tiempo del que jamás imaginé.

Todos estamos aprendiendo una nueva forma de trabajar y vivir, pero este enfoque está mostrando resultados prometedores para ejecutivos de todas las industrias.

Estoy convencido de que el futuro pertenece a quienes entienden que el camino es diseñar sistemas inteligentes y orquestarlos, en lugar de pasar los días simplemente delegando.

Conclusiones Clave

  • Los agentes de IA actúan como gemelos digitales, recuperan tu tiempo y amplifican tu capacidad cognitiva.
  • La claridad se convierte en el nuevo límite: mejores instrucciones crean mejores sistemas… y mejores líderes.

Los CEOs tradicionales viven y respiran la delegación en cada paso de su trabajo. Muchas veces terminan supervisando cadenas de delegación que se ramifican en más cadenas. Cada decisión genera tres reuniones. Cada reunión genera cinco seguimientos.

Construí mi carrera dentro de ese modelo y, siendo honesto, puede ser agotador. Un sistema basado estrictamente en delegar funciona bien cuando recién comienzas, pero a gran escala se derrumba por su propio peso.

Por suerte, ya estamos en la era de la IA agente, y esto les está dando a los ejecutivos más libertad y flexibilidad de la que jamás imaginaron.

Yo adopté la mentalidad de que los agentes de IA son, en realidad, una extensión de nosotros mismos. Podemos integrarlos a los sistemas de nuestro negocio y orquestarlos como si fueran nuestros gemelos digitales. Este cambio transformó por completo mi forma de pensar y me devolvió tiempo, al mismo tiempo que me hizo más productivo.

Relacionado: Deja de usar la IA como adorno y empieza a usarla para crear valor real

El paso de lo lineal a lo paralelo

La mayoría de los ejecutivos todavía trata a la IA como una herramienta a la que delegar, no como la infraestructura sobre la cual construir. Le piden a la IA que haga tareas en lugar de diseñar sistemas que piensen a la par de ellos, y eso les consume tanto tiempo como antes… o incluso más.

La realidad es simple: la delegación está hecha para las personas; la orquestación, para los sistemas.

La delegación es, por naturaleza, lineal, y esa linealidad se convierte en tu techo. Ya sea que trabajes con IA o con personas, el baile de la delegación es el mismo: entregar, esperar, dar seguimiento, revisar y repetir hasta que quedes satisfecho con el resultado.

Cuando puedes diseñar un agente de IA que piensa como tú, estás replicando tus propios patrones de decisión, pero en un formato paralelo y ultra eficiente que sigue funcionando mientras tú estás haciendo otra cosa completamente distinta.

Cuando empecé a construir el primer sistema de flujo de trabajo multiagente en Phantom IQ, lo vi en acción y encontré un potencial enorme. Aprendía de mis decisiones y aumentaba su producción sin necesitar mi intervención constante, lo que transformó por completo mi rutina diaria para bien.

Relacionado: La IA no te reemplazará — pero tu previsibilidad sí. Así es como puedes volverte irremplazable

Cómo luce realmente la orquestación

Cada mañana inicia con lo que llamo un breve ciclo de orquestación. ¿Qué necesita investigación? ¿Qué requiere seguimiento? ¿Qué procesos pueden cerrarse de forma autónoma? Yo defino la intención, y los sistemas se encargan de la ejecución.

La diferencia clave es sutil en la superficie, pero enorme en su impacto. No le pido a los sistemas que hagan cosas y me quedo encima de ellos todo el tiempo. Estructuro lo que deben hacer y los dejo trabajar. Ellos se encargan de tareas repetitivas que de otro modo haría manualmente —o delegaría— como investigación, formateo, resúmenes y seguimiento, con una precisión quirúrgica.

Nuestros agentes de IA, por ejemplo, nos ayudan a trabajar con ejecutivos para identificar audiencias objetivo, generar ideas para newsletters y desarrollar una estrategia de distribución. Lo que antes tomaba de dos a cuatro semanas después de la incorporación, ahora sucede en menos de una hora.

Otro gran ejemplo: antes pasaba horas extrayendo datos de LinkedIn, leyendo artículos y analizando la actividad reciente de distintos fundadores. Ahora tengo sistemas que hacen eso en minutos, usando investigación profunda de Perplexity y técnicas avanzadas de prompt engineering.

Para el mediodía, no estoy abrumado por el caos ni por una lista infinita de pendientes. En lugar de eso, tengo claridad sobre lo que ya logré y lo que debe suceder después.

Relacionado: IA generativa para emprendedores: ¿automatización real o procrastinación con esteroides?

Lo que más me sorprendió

Una de las cosas que más me sorprendió al trabajar con estos sistemas inteligentes fue la sensación de alivio que trajeron. Las reuniones constantes y los seguimientos pueden resultar agotadores a nivel cognitivo, lo que hace que todo lo demás sea un poco más difícil.

Descubrí que mantenerme mentalmente más despierto durante el día mejora mis decisiones de negocio y me permite estar más presente cuando paso tiempo con mi familia después del trabajo.

Pero la mayor sorpresa fue cómo la orquestación me obligó a mejorar. Cuando orquestas, tu claridad se convierte en el límite. Si tus instrucciones son vagas, el resultado lo refleja.

Los sistemas te ponen un espejo frente a tu propio proceso cognitivo, y no tienes opción más que afinarlo. Poco después de implementar este modelo, empecé a escribir con más claridad, a pensar con más claridad y a comunicar con más claridad.

Fue una lección de humildad, en el mejor sentido posible.

Como resultado de esta mejora constante —casi forzada—, mi gemelo digital se vuelve más realista y confiable con el tiempo.

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Tiempo ganado por cada entrega

Ya no mido mis resultados como antes. Ahora mido el tiempo recuperado. Si un agente me devuelve tres horas, para mí ese es el verdadero ROI.

A esto le llamo cognición compuesta. Mientras más tiempo recupero, más puedo dedicar a hacer otra cosa, ya sea impulsar mi negocio o pasar tiempo con mis hijos. Con eso en mente, mis días se miden en libertad mental. Estoy convencido de que esa es la verdadera curva de productividad en esta nueva era de agentes.

Si quieres empezar por tu cuenta, recomiendo usar un agente de IA para manejar tu bandeja de entrada. Es ideal para empezar: repetitiva, cognitivamente agotadora y universalmente entendible. Cuando un sistema de IA puede resumir hilos, redactar respuestas y priorizar mensajes antes de que siquiera abras tu correo, ya recuperaste la primera hora del día.

Lo que sucederá es que, una vez que experimentes los beneficios de la orquestación en un área, empezarás a ver potencial en todas partes. Se convierte en una mentalidad acumulativa. Te da hambre de encontrar el siguiente flujo de trabajo por automatizar, la siguiente forma de ahorrar un poco más de tiempo cada día.

Relacionado: La inteligencia artificial me devolvió tiempo libre: así la transformé en mi ventaja competitiva

El futuro pertenece a los orquestadores 

Construir y utilizar sistemas basados en agentes me enseñó a estar más presente. Esa es la ironía que no esperaba. Cuando los sistemas se encargan del trabajo pesado y de las tareas mentalmente agotadoras, recuperas más de tu humanidad.

Claro, todavía hay días en los que trabajo hasta tarde y momentos en los que saco el teléfono durante la cena, pero estoy avanzando y he recuperado más tiempo del que jamás imaginé.

Todos estamos aprendiendo una nueva forma de trabajar y vivir, pero este enfoque está mostrando resultados prometedores para ejecutivos de todas las industrias.

Estoy convencido de que el futuro pertenece a quienes entienden que el camino es diseñar sistemas inteligentes y orquestarlos, en lugar de pasar los días simplemente delegando.

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Tom Popomaronis

Chief Executive Officer at Phantom IQ at Phantom IQ
Entrepreneur Leadership Network® Contributor
Tom Popomaronis is Chief Executive Officer at Phantom IQ, which engineers autonomous AI agents and multi-agent systems that transform operational efficiencies.

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