Stablecoins en Latinoamérica: ¿infraestructura emergente para la fintech o solo hype pasajero?

Las stablecoins ya representan el 25% del volumen cripto en Latam, pero su integración en la infraestructura fintech aún enfrenta barreras técnicas, regulatorias y operativas. ¿Están listas para escalar?

Por José Luis Pulido Jul 23, 2025
Funtap | Getty Images

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.

Las stablecoins (activos digitales vinculados a monedas fiduciarias como el dólar o el peso) han pasado de ser una herramienta útil para entusiastas cripto, a convertirse en un componente serio de discusión dentro del ecosistema fintech.

En 2025, ya no basta preguntarse si funcionan. La verdadera interrogante es: ¿tienen las condiciones para integrarse de forma estructural a la infraestructura fintech en México y Latinoamérica?

Una radiografía del momento: uso creciente, pero aún fragmentado

Latinoamérica es la quinta región más activa en cripto, con más de $415,000 millones en volumen transaccionado en doce meses, según el Crypto Adoption Index 2024 de Chainanlysis. En ese contexto, las stablecoins ya representan el 25% del volumen cripto en la región, destacando su rol como mecanismo de reserva de valor y liquidez.

México ocupa el lugar 14 global en adopción, pero su uso sigue concentrado en retail, remesas y trading, aún no en operaciones masivas de pagos o integración bancaria.

A nivel global, el volumen transaccionado en stablecoins superó los $230,000 millones de dólares en 2024, con respaldo de más del 80% en activos líquidos, según el Crypto Asset Monitor del FMI. Esta solidez ha captado la atención de instituciones como Visa, Circle, Mastercard y bancos centrales.

Fintech: ¿puerta de entrada para la adopción real?

El ecosistema fintech, por diseño ágil, digital y descentralizado, es el espacio natural para la adopción de stablecoins como infraestructura subyacente, no solo como medio de pago. Ya estamos viendo:

  • Casos de crypto-as-a-service, donde fintechs integran stablecoins para pagos, tesorería o transferencias internacionales invisibles al usuario final.
  • Propuestas como MXNB de Bitso, una stablecoin 1:1 con el peso mexicano, diseñada para integrarse en operaciones B2B y wallets regionales (Bitso Business).
  • Compañías fintech como Pomelo, Num, Belo o Ripio que ya integran NARS o USDC en su stack operativo.

¿Qué está frenando su integración a gran escala?

  1. Rails desconectados: hoy, no existe interoperabilidad real entre stablecoins y sistemas como SPEI, CoDi, adquirentes, procesadores de tarjetas o sistemas contables.
  2. Regulación ambigua: la Ley Fintech en México no regula de forma clara las stablecoins, lo que frena integraciones bancarias o partnerships con grandes jugadores.
  3. Back-office poco preparado: muchas fintechs carecen de procesos internos, contables o de compliance que permitan operar activos digitales sin fricción.
  4. Educación ejecutiva: el conocimiento sobre cómo integrar stablecoins en operaciones de tesorería, lending o captación sigue siendo limitado entre equipos fintech fuera del nicho cripto.

Casos de uso que ya están tomando forma

  • Pagos cross-border en segundos, sin corresponsalías.
  • Treasury para fintech, con gestión de liquidez multimoneda en tiempo real.
  • Tokenización de reservas, permitiendo productos de inversión más eficientes.
  • Onboarding bancario más flexible, donde el depósito inicial o retiro se hace vía stablecoins.

Según Finnovista Fintech Radar 2025, el segmento de pagos y remesas creció a una tasa de 16% anual, y es donde los actores más abiertos a innovación están experimentando con stablecoins como solución de eficiencia operativa.

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Una reflexión desde el sector

Desde mi experiencia en la construcción de productos financieros digitales y plataformas de pagos en México y Latam, he aprendido que la innovación no pasa solo por la tecnología, sino por su capacidad de integrarse de manera invisible y útil al día a día operativo. Las stablecoins tienen el potencial de convertirse en una capa clave dentro del stack fintech, pero no por ser “cripto”, sino porque resuelven problemas reales de liquidez, conciliación y eficiencia, especialmente en operaciones complejas, cross-border o multimoneda.

El verdadero desafío no es técnico: es estratégico y operativo. Para que las stablecoins se conviertan en infraestructura real, no solo en una narrativa de futuro, deben integrarse con los sistemas que ya usamos y bajo marcos regulatorios que acompañen su evolución, no que la frenen.

Stablecoins, ¿parte del futuro fintech?

Sí, pero no por moda. Las stablecoins no están llamadas a reemplazar el dinero fiduciario, sino a convertirse en una capa de liquidez, conciliación y pagos más eficiente, especialmente útil en contextos de integración regional, expansión B2B o descentralización de infraestructura bancaria.

El ecosistema fintech tiene en las stablecoins una herramienta lista para ser integrada, si se hace con enfoque técnico, cumplimiento normativo y visión estratégica.

Ya no se trata de prometer disrupción. Se trata de construir utilidad.

Cuenta con más de 27 años de experiencia en el sector financiero dentro de diferentes negocios colaborando en HSBC (Banca Tradicional), Eglobal (Procesamiento de pagos), Crédito Real (Sofom), Billpocket/Kushki (Fintech) y actualmente en Grupo Ethos Pay (Fintech), además, es consejero de negocios para el Centro UNESCO en su capítulo México.

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