Cómo identificar y saber cuándo despedir a un empleado tóxico, según un experto en recursos humanos
La diferencia entre un integrante difícil del equipo y uno tóxico suele ser clara, así como el momento de dejarlos ir.

Conclusiones Clave
- Theresa Dear, directora de personal de Vivent Health, dice que los empleados tóxicos están “incesantemente insatisfechos”.
- Los empleados que son impacientes y desafiantes pueden ser difíciles de gestionar, pero no son necesariamente tóxicos.
- Las políticas de tolerancia cero y los períodos de prueba pueden ayudar a determinar cuándo es el momento de dejar ir a alguien.
Según una nueva encuesta de la Asociación Estadounidense de Psicología, 19% de los trabajadores afirman que su lugar de trabajo es muy o algo tóxico.
Los líderes pueden contribuir a construir una cultura empresarial positiva, pero a veces es más fácil decirlo que hacerlo.
¿Qué significa ser “tóxico” en un entorno profesional? ¿Qué diferencia a un empleado tóxico de uno simplemente difícil?
Entrepreneur habló con Theresa Dear, directora de personal de Vivent Health, para aprender más sobre lo que hace que un empleado sea tóxico y cómo determinar cuándo es el momento de despedirlos.
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En primer lugar, un empleado tóxico está “incesantemente insatisfecho”, dice Dear.
“Intentan involucrar a otros para crear una cultura de culpabilidad y división contra otras personas, equipos, departamentos o la dirección”, explica Dear. “Les dirán a otros compañeros de trabajo que están infelices o insatisfechos en lugar de hablar con su supervisor o buscar otras opciones de empleo”.
En vez de centrarse en la misión, valores u objetivos de su organización, los empleados tóxicos se enfocan en todo lo que está mal y no hacen un esfuerzo por comprender otra perspectiva, dice Dear, agregando que “parecen obtener satisfacción” al fomentar las discusiones y alimentar la desconfianza.
El comportamiento de un empleado tóxico es notablemente diferente al de alguien simplemente difícil.
“Los empleados difíciles pueden ser impacientes y desafiantes, pero son razonables”, dice Dear. “En el caso de los empleados tóxicos, a menudo se requieren habilidades de desescalada para lidiar con ellos, algo que no necesariamente es necesario con empleados difíciles. Los empleados que enfrentan dificultades pueden tener preocupaciones o desafíos ocasionales que están relacionados con problemas específicos, políticas o incluso otros empleados. Por otro lado, un empleado tóxico suele tener preocupaciones recurrentes que se basan en problemas generales, políticas y relaciones con otros empleados”.
Según Dear, los empleados tóxicos también pueden exhibir una “respuesta emocional más grande y prolongada” ante un problema y rara vez se disculparán o expresarán gratitud.
Aunque los empleados tóxicos pueden plantear preocupaciones válidas, el problema a menudo radica en cómo las expresan. Depende de los líderes revisar y dar seguimiento a esas preocupaciones, dice Dear, ya que hacerlo puede ayudar a reducir la tensión y construir confianza.
“Deben tenerse conversaciones con el empleado tóxico para determinar cuál es la raíz del comportamiento (problemas familiares, supervisor anterior, etc.), expectativas y responsabilidad, y finalmente, ajuste cultural”, agrega Dear, señalando que los líderes tienen la responsabilidad de mantener dichos compromisos y expectativas de responsabilidad.
Pero ¿cuándo es suficiente? ¿En qué momento debería una empresa despedir a un empleado tóxico?
Dear pone el enfoque de su propia organización como ejemplo.
“Tenemos un fuerte compromiso y una cultura de diversidad, equidad, inclusión y pertinencia (DEIB en inglés por sus iniciales), donde valoramos, afirmamos y elevamos a los demás”, explica. “Con este fin, tenemos una política de tolerancia cero que requiere la terminación inmediata por el uso de insultos raciales, epítetos y términos peyorativos contra otros grupos. En esta situación, cuando los empleados tóxicos deciden desafiar esta política usando un término ofensivo contra otra comunidad/grupo, la terminación del empleo ocurre de inmediato”.
Además, Dear dice que los empleados tóxicos a menudo pueden ser despedidos durante el período de prueba, ya que les resulta difícil ocultar su auténtico yo, incluso por un corto periodo de tiempo.