Ante la confirmación de que Instagram utiliza los datos de los posts para entrenar a su modelo de IA, los artistas amenazan con abandonarla

Las políticas de la plataforma dejan claro el modo en el que el contenido que se sube a ella puede ser utilizado.

Por Eduardo Scheffler Zawadzki Jun 06, 2024
NurPhoto | Getty Images

Detrás del impresionante e imparable desarrollo de los modelos de inteligencia artificial (IA) reportado a diario por influencers, podcasts y medios de comunicación, se libra una batalla.

De un lado está la tecnología de la IA generativa, capaz de crear al instante lo que sea que el usuario le pida; del otro, los artistas y autores que buscan la manera de ser reconocidos y retribuidos cuando su obra se utilizada para entrenar a los diversos modelos de IA.

Ahora, Instagram se ha transformado en el nuevo campo en el que se libra esta batalla.

A principios de mayo Chris Cox, jefe de producto de Meta, participó en el Bloomberg Tech Summit y confirmó que Instagram utiliza las imágenes y videos que cada día se publican en millones de posts, para entrenar a sus modelos de IA.

Aunque la revelación tomó a muchos por sorpresa, las políticas y condiciones de la plataforma establecen de manera clara que el usuario concede a Meta el permiso “para alojar, utilizar, distribuir, modificar, mantener, reproducir, traducir y mostrar o comunicar públicamente tu contenido, así como para crear obras derivadas”.

Además, en esta página la empresa explica: “Usamos información online disponible públicamente e información con licencia. También utilizamos la información que compartiste en los productos y servicios de Meta. Por ejemplo, publicaciones o fotos con sus descripciones. No usamos el contenido de tus mensajes privados con amigos y familiares para entrenar a nuestras IA”.

El descontento generado por la confirmación de que Cox se suma a la inquietud por la manera en que el alcance orgánico en la plataforma se ha visto reducido dados los cambios en su algoritmo y a las pruebas que Instagram hace para mostrar formatos de anuncios que no se pueden saltar (sí, similares a los de YouTube).

Por ello muchos artistas comienzan a cuestionarse si deben o no seguir subiendo su contenido a Instagram y han publicado mensajes manifestando su descontento, y anunciado que se mudarán a alguna otra plataforma (las más populares parecen ser Cara y Artstation).

Por ahora, y gracias a las exigencias de la ley en la Unión Europea, los usuarios cuyas cuentas hayan sido creadas en dicho territorio, pueden solicitar a Meta que sus contenidos no sean utilizados para entrenar a los modelos de IA. Para el resto de los territorios solo parece haber dos opciones: resignarse o eliminar las cuentas y contenidos que no deseemos sean utilizadas para el entrenamiento de los modelos de IA.

Independientemente de la decisión que cada usuario o artista tomé, es un hecho que la IA llegó para quedarse y que poco a poco tendremos que aprender a convivir con ella siendo conscientes de sus beneficios y perjuicios, y de las implicaciones que tiene el que seamos partícipes del juego del alcance, los likes y el engagement.

Relacionado: La guerra contra el arte generado por inteligencia artificial entra en su fase más preocupante

Detrás del impresionante e imparable desarrollo de los modelos de inteligencia artificial (IA) reportado a diario por influencers, podcasts y medios de comunicación, se libra una batalla.

De un lado está la tecnología de la IA generativa, capaz de crear al instante lo que sea que el usuario le pida; del otro, los artistas y autores que buscan la manera de ser reconocidos y retribuidos cuando su obra se utilizada para entrenar a los diversos modelos de IA.

Ahora, Instagram se ha transformado en el nuevo campo en el que se libra esta batalla.

A principios de mayo Chris Cox, jefe de producto de Meta, participó en el Bloomberg Tech Summit y confirmó que Instagram utiliza las imágenes y videos que cada día se publican en millones de posts, para entrenar a sus modelos de IA.

Aunque la revelación tomó a muchos por sorpresa, las políticas y condiciones de la plataforma establecen de manera clara que el usuario concede a Meta el permiso “para alojar, utilizar, distribuir, modificar, mantener, reproducir, traducir y mostrar o comunicar públicamente tu contenido, así como para crear obras derivadas”.

Además, en esta página la empresa explica: “Usamos información online disponible públicamente e información con licencia. También utilizamos la información que compartiste en los productos y servicios de Meta. Por ejemplo, publicaciones o fotos con sus descripciones. No usamos el contenido de tus mensajes privados con amigos y familiares para entrenar a nuestras IA”.

El descontento generado por la confirmación de que Cox se suma a la inquietud por la manera en que el alcance orgánico en la plataforma se ha visto reducido dados los cambios en su algoritmo y a las pruebas que Instagram hace para mostrar formatos de anuncios que no se pueden saltar (sí, similares a los de YouTube).

Por ello muchos artistas comienzan a cuestionarse si deben o no seguir subiendo su contenido a Instagram y han publicado mensajes manifestando su descontento, y anunciado que se mudarán a alguna otra plataforma (las más populares parecen ser Cara y Artstation).

Por ahora, y gracias a las exigencias de la ley en la Unión Europea, los usuarios cuyas cuentas hayan sido creadas en dicho territorio, pueden solicitar a Meta que sus contenidos no sean utilizados para entrenar a los modelos de IA. Para el resto de los territorios solo parece haber dos opciones: resignarse o eliminar las cuentas y contenidos que no deseemos sean utilizadas para el entrenamiento de los modelos de IA.

Independientemente de la decisión que cada usuario o artista tomé, es un hecho que la IA llegó para quedarse y que poco a poco tendremos que aprender a convivir con ella siendo conscientes de sus beneficios y perjuicios, y de las implicaciones que tiene el que seamos partícipes del juego del alcance, los likes y el engagement.

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