Las 5 habilidades de liderazgo que no puedes darte el lujo de automatizar

La IA puede analizar y ofrecer consejos, pero no comprende la complejidad de la motivación humana. Aquí te explicamos por qué los líderes nunca deberían delegar esta parte de su labor.

Por Matthew J. Kirchner Nov 03, 2025
Halfpoint Images | Getty Images

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.

Conclusiones Clave

  • La inteligencia artificial (IA) puede aportar estructura e información, pero no puede sustituir la conexión humana.
  • Un gran coach necesita empatía, responsabilidad e intuición emocional, cualidades de las que la IA aún carece.
  • Los coaches humanos saben escuchar a profundidad, hacer mejores preguntas y guiar procesos de autodescubrimiento.

Los coaches de vida y carrera impulsados por IA están apareciendo por todos lados.

Un estudio de Harvard Business Review sobre los usos de la IA muestra que “terapia” encabeza la lista, seguida muy de cerca por “encontrar un propósito”. Casi la mitad de los profesionales de la Generación Z afirma recibir mejores consejos de la IA que de sus propios jefes.

Pero, ¿debería la IA realmente sustituir al acompañamiento humano? La respuesta sencilla es: no, todavía no. Y quizá nunca.

Herramientas como ChatGPT pueden ser asistentes valiosos para investigar trayectorias profesionales o para desarrollar escenarios de negocio. Pero cuando se trata de un proceso completo de coaching profesional, también presentan limitaciones importantes. Numerosas interacciones desafortunadas han mostrado cómo la orientación de la IA puede ser equivocada, desconectada e incluso perjudicial.

Como coach ejecutivo certificado y CEO de una empresa centrada en las personas, jamás usaría la IA para reemplazar a un coach humano. Un buen proceso de coaching depende tanto de las relaciones que se construyen como de los resultados que se logran. Guiar, inspirar y formar equipos de alto desempeño es algo que, simplemente, la IA no puede hacer por sí sola.

En mi experiencia, estas son las habilidades humanas esenciales que no pueden replicarse, y que las personas necesitan para alcanzar el éxito.

Relacionado: La IA está modificando las habilidades laborales que se requieren. Esto es lo que debes hacer para prepararte

1. Escucha profunda

Escuchar es una parte innegociable del coaching, pero la forma en que se escucha marca la diferencia. Sigo el marco de los tres niveles de escucha del Co-Active Training Institute (utilizado por la Universidad de Columbia) para ir más allá de la escucha superficial que usamos en las conversaciones cotidianas — esa en la que oímos solo para responder, en lugar de comunicarnos con verdadera atención.

En el nivel tres, te conectas con la persona en su totalidad: no solo con sus palabras, sino también con su tono, su lenguaje corporal e incluso sus silencios. Son dimensiones de la comunicación que están, por ahora, muy fuera del alcance de la IA.

Relacionado: No tendrás un liderazgo sólido hasta que domines estos 5 atributos

2. Hacer preguntas en lugar de dar respuestas

Muchas personas asumen que el coaching empresarial consiste en ofrecer consejos de experto (y la IA, en eso, no duda). Pero los mejores coaches ayudan a las personas a descubrir sus propias soluciones, actuando como guías más que como directores. Se apoyan en su experiencia y en su intuición para formular preguntas abiertas que tocan la fibra correcta en el momento justo.

Más importante todavía, impulsan a las personas a realizar su propio trabajo de autodescubrimiento, de una manera mucho más profunda y efectiva que cualquier mensaje automatizado podría lograr.

Relacionado: Cómo hacer preguntas verdaderamente poderosas como líder (y por qué es importante)

3. Evitar juzgar, pero fomentar la responsabilidad

ChatGPT-4 se convirtió rápidamente en el “sí, señor” definitivo, y aunque recibir validación puede resultar reconfortante (los usuarios la pidieron de vuelta cuando se eliminó en ChatGPT-5), no siempre impulsa el crecimiento personal. Los grandes coaches equilibran la empatía con la responsabilidad, y saben cuándo empujar a las personas fuera de su zona de confort. Lo vi claramente durante una reciente reunión de liderazgo.

Mi equipo presentó tableros de resultados codificados por colores que mostraban no solo en qué estábamos teniendo éxito, sino también en qué estábamos fallando. Su disposición a compartir ambos lados de la historia —no solo los logros— reflejó el tipo de responsabilidad que hace posible un crecimiento empresarial real.

Relacionado: Cómo ser un líder empático (sin que te pasen por encima)

4. Tener conversaciones difíciles que las personas agradecen

Seguridad y responsabilidad no siempre parecen compatibles, pero los mejores coaches logran unirlas. La IA no te confrontará (a menos que se lo pidas), pero un buen coach te mostrará que se preocupa lo suficiente como para desafiarte.

Aquí está el punto clave: los mejores coaches pueden transmitir verdades difíciles, pero también observan cómo se recibe la información y ajustan su tono y su forma de comunicarla para que el resultado no solo sea más fácil de asimilar, sino también más útil y accionable.

5. Invertir en el crecimiento

Como líder, el coaching efectivo no se trata solo de diseñar estrategias o encontrar soluciones; también implica acompañar activamente a las personas en la definición de sus metas y apoyarlas para que las alcancen. Cuando los miembros del equipo perciben que estás comprometido con su desarrollo, se genera una oportunidad poderosa para fortalecer la lealtad y la confianza — lo que suele traducirse en mayor retención y una colaboración más sólida en torno a los objetivos compartidos.

Delegar todo ese proceso a la inteligencia artificial elimina uno de los mayores beneficios empresariales de la conexión humana: la productividad.

Relacionado: El arte de delegar: cómo los líderes pueden empoderar a sus equipos sin descuidarlos

Encontrar el equilibrio entre el coaching humano y la inteligencia artificial

A pesar de todas las ventajas del coaching humano, la realidad es que cada vez más personas recurren a herramientas de IA como ChatGPT como sustituto. Incluso dentro de la propia industria del coaching, las normas están cambiando.

Dos tercios de los coaches ya utilizan la IA con sus clientes, y casi la mitad ha desarrollado su propia app o herramienta digital. En mi caso, uso la IA casi todos los días. Es una aliada de pensamiento extraordinaria: me ayuda a enfocar los problemas, extraer información de datos complejos y explorar soluciones.

Creo que precisamente ahí es donde la IA puede aportar valor a quienes buscan orientación profesional o retroalimentación: como una capa adicional de contexto y apoyo que potencie el trabajo de un coach humano.

Por ejemplo, la IA resulta muy útil en las etapas de descubrimiento y recopilación de información del proceso de coaching. Puede ofrecer una secuencia estructurada de preguntas y analizar grandes volúmenes de datos —como tendencias del mercado laboral, brechas de habilidades y desempeño pasado— para generar retroalimentación precisa y accionable.

También sobresale en la parte administrativa del coaching: la programación, el seguimiento de avances, la elaboración de reportes y los recordatorios que incluso los mejores coaches humanos pueden pasar por alto.

Relacionado: La inteligencia artificial me devolvió tiempo libre: así la transformé en mi ventaja competitiva

A diferencia de un coach humano, la IA siempre está disponible, para esos momentos entre sesiones en los que se necesita contexto o apoyo inmediato.

Pero eso, por sí solo, no basta. En el mejor de los casos, estas eficiencias que aporta la IA deberían liberar tiempo a los coaches humanos para que se concentren en el trabajo más profundo y estratégico, ese que solo ellos pueden realizar. Significa que podrán ofrecer más inteligencia emocional y empatía en decisiones profesionales complejas.

También significa que estarán más presentes para percibir las señales no verbales, emocionales y matizadas que la IA simplemente no capta. Para mí, ahí reside el verdadero poder del coaching: llega a las personas en un nivel profundamente humano. La IA puede optimizar procesos, sintetizar datos y revelar ideas, pero no puede generar confianza, encender la motivación ni mirar a alguien a los ojos para recordarle que es capaz de más de lo que cree.

Ese es el trabajo de un líder, y siempre será más efectivo cuando se transmite de humano a humano.

Conclusiones Clave

  • La inteligencia artificial (IA) puede aportar estructura e información, pero no puede sustituir la conexión humana.
  • Un gran coach necesita empatía, responsabilidad e intuición emocional, cualidades de las que la IA aún carece.
  • Los coaches humanos saben escuchar a profundidad, hacer mejores preguntas y guiar procesos de autodescubrimiento.

Los coaches de vida y carrera impulsados por IA están apareciendo por todos lados.

Un estudio de Harvard Business Review sobre los usos de la IA muestra que “terapia” encabeza la lista, seguida muy de cerca por “encontrar un propósito”. Casi la mitad de los profesionales de la Generación Z afirma recibir mejores consejos de la IA que de sus propios jefes.

Pero, ¿debería la IA realmente sustituir al acompañamiento humano? La respuesta sencilla es: no, todavía no. Y quizá nunca.

Herramientas como ChatGPT pueden ser asistentes valiosos para investigar trayectorias profesionales o para desarrollar escenarios de negocio. Pero cuando se trata de un proceso completo de coaching profesional, también presentan limitaciones importantes. Numerosas interacciones desafortunadas han mostrado cómo la orientación de la IA puede ser equivocada, desconectada e incluso perjudicial.

Como coach ejecutivo certificado y CEO de una empresa centrada en las personas, jamás usaría la IA para reemplazar a un coach humano. Un buen proceso de coaching depende tanto de las relaciones que se construyen como de los resultados que se logran. Guiar, inspirar y formar equipos de alto desempeño es algo que, simplemente, la IA no puede hacer por sí sola.

En mi experiencia, estas son las habilidades humanas esenciales que no pueden replicarse, y que las personas necesitan para alcanzar el éxito.

Relacionado: La IA está modificando las habilidades laborales que se requieren. Esto es lo que debes hacer para prepararte

1. Escucha profunda

Escuchar es una parte innegociable del coaching, pero la forma en que se escucha marca la diferencia. Sigo el marco de los tres niveles de escucha del Co-Active Training Institute (utilizado por la Universidad de Columbia) para ir más allá de la escucha superficial que usamos en las conversaciones cotidianas — esa en la que oímos solo para responder, en lugar de comunicarnos con verdadera atención.

En el nivel tres, te conectas con la persona en su totalidad: no solo con sus palabras, sino también con su tono, su lenguaje corporal e incluso sus silencios. Son dimensiones de la comunicación que están, por ahora, muy fuera del alcance de la IA.

Relacionado: No tendrás un liderazgo sólido hasta que domines estos 5 atributos

2. Hacer preguntas en lugar de dar respuestas

Muchas personas asumen que el coaching empresarial consiste en ofrecer consejos de experto (y la IA, en eso, no duda). Pero los mejores coaches ayudan a las personas a descubrir sus propias soluciones, actuando como guías más que como directores. Se apoyan en su experiencia y en su intuición para formular preguntas abiertas que tocan la fibra correcta en el momento justo.

Más importante todavía, impulsan a las personas a realizar su propio trabajo de autodescubrimiento, de una manera mucho más profunda y efectiva que cualquier mensaje automatizado podría lograr.

Relacionado: Cómo hacer preguntas verdaderamente poderosas como líder (y por qué es importante)

3. Evitar juzgar, pero fomentar la responsabilidad

ChatGPT-4 se convirtió rápidamente en el “sí, señor” definitivo, y aunque recibir validación puede resultar reconfortante (los usuarios la pidieron de vuelta cuando se eliminó en ChatGPT-5), no siempre impulsa el crecimiento personal. Los grandes coaches equilibran la empatía con la responsabilidad, y saben cuándo empujar a las personas fuera de su zona de confort. Lo vi claramente durante una reciente reunión de liderazgo.

Mi equipo presentó tableros de resultados codificados por colores que mostraban no solo en qué estábamos teniendo éxito, sino también en qué estábamos fallando. Su disposición a compartir ambos lados de la historia —no solo los logros— reflejó el tipo de responsabilidad que hace posible un crecimiento empresarial real.

Relacionado: Cómo ser un líder empático (sin que te pasen por encima)

4. Tener conversaciones difíciles que las personas agradecen

Seguridad y responsabilidad no siempre parecen compatibles, pero los mejores coaches logran unirlas. La IA no te confrontará (a menos que se lo pidas), pero un buen coach te mostrará que se preocupa lo suficiente como para desafiarte.

Aquí está el punto clave: los mejores coaches pueden transmitir verdades difíciles, pero también observan cómo se recibe la información y ajustan su tono y su forma de comunicarla para que el resultado no solo sea más fácil de asimilar, sino también más útil y accionable.

5. Invertir en el crecimiento

Como líder, el coaching efectivo no se trata solo de diseñar estrategias o encontrar soluciones; también implica acompañar activamente a las personas en la definición de sus metas y apoyarlas para que las alcancen. Cuando los miembros del equipo perciben que estás comprometido con su desarrollo, se genera una oportunidad poderosa para fortalecer la lealtad y la confianza — lo que suele traducirse en mayor retención y una colaboración más sólida en torno a los objetivos compartidos.

Delegar todo ese proceso a la inteligencia artificial elimina uno de los mayores beneficios empresariales de la conexión humana: la productividad.

Relacionado: El arte de delegar: cómo los líderes pueden empoderar a sus equipos sin descuidarlos

Encontrar el equilibrio entre el coaching humano y la inteligencia artificial

A pesar de todas las ventajas del coaching humano, la realidad es que cada vez más personas recurren a herramientas de IA como ChatGPT como sustituto. Incluso dentro de la propia industria del coaching, las normas están cambiando.

Dos tercios de los coaches ya utilizan la IA con sus clientes, y casi la mitad ha desarrollado su propia app o herramienta digital. En mi caso, uso la IA casi todos los días. Es una aliada de pensamiento extraordinaria: me ayuda a enfocar los problemas, extraer información de datos complejos y explorar soluciones.

Creo que precisamente ahí es donde la IA puede aportar valor a quienes buscan orientación profesional o retroalimentación: como una capa adicional de contexto y apoyo que potencie el trabajo de un coach humano.

Por ejemplo, la IA resulta muy útil en las etapas de descubrimiento y recopilación de información del proceso de coaching. Puede ofrecer una secuencia estructurada de preguntas y analizar grandes volúmenes de datos —como tendencias del mercado laboral, brechas de habilidades y desempeño pasado— para generar retroalimentación precisa y accionable.

También sobresale en la parte administrativa del coaching: la programación, el seguimiento de avances, la elaboración de reportes y los recordatorios que incluso los mejores coaches humanos pueden pasar por alto.

Relacionado: La inteligencia artificial me devolvió tiempo libre: así la transformé en mi ventaja competitiva

A diferencia de un coach humano, la IA siempre está disponible, para esos momentos entre sesiones en los que se necesita contexto o apoyo inmediato.

Pero eso, por sí solo, no basta. En el mejor de los casos, estas eficiencias que aporta la IA deberían liberar tiempo a los coaches humanos para que se concentren en el trabajo más profundo y estratégico, ese que solo ellos pueden realizar. Significa que podrán ofrecer más inteligencia emocional y empatía en decisiones profesionales complejas.

También significa que estarán más presentes para percibir las señales no verbales, emocionales y matizadas que la IA simplemente no capta. Para mí, ahí reside el verdadero poder del coaching: llega a las personas en un nivel profundamente humano. La IA puede optimizar procesos, sintetizar datos y revelar ideas, pero no puede generar confianza, encender la motivación ni mirar a alguien a los ojos para recordarle que es capaz de más de lo que cree.

Ese es el trabajo de un líder, y siempre será más efectivo cuando se transmite de humano a humano.

The rest of this article is locked.

Join Entrepreneur+ today for access.

Subscribe Now

Already have an account? Sign In

Matthew J. Kirchner

CEO de VetnCare en VetnCare
Matthew J. Kirchner es CEO de VetnCare, una comunidad en expansión de hospitales veterinarios en California que ofrece atención de primer nivel, cerca de casa. Con experiencia como director ejecutivo en el sector salud y un enfoque en escalar empresas respaldadas por inversionistas, su amplia trayectoria empresarial lo ha preparado para impulsar el crecimiento de...

Contenido Relacionado