Por qué decir “sí” es tu mejor jugada profesional en la era de la inteligencia artificial
Las asignaciones desafiantes a menudo se disfrazan de incomodidades molestas. Decir que sí es una de las mejores formas de darte más opciones para el futuro.

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.
Conclusiones Clave
- Decir sí a los desafíos construye impulso, visibilidad y crecimiento duradero.
- La curiosidad proactiva y la iniciativa son claves para destacar profesionalmente.
- Abrazar la IA y el cambio es esencial para mantenerse vigente hoy.
Las mayores oportunidades rara vez lo parecen a simple vista: suelen presentarse como inconvenientes o situaciones incómodas, lo que hace que sea tentador rechazarlas. Pero decir que sí en esos momentos puede cambiar por completo el rumbo de tu carrera.
Lo aprendí en carne propia hace años, cuando un problema urgente con un cliente en nuestra empresa requirió viajar de inmediato a España. Uno a uno, las opciones más lógicas y de mayor jerarquía dijeron que no. Yo no era el candidato obvio, pero alguien tenía que dar un paso al frente. Ese “sí” se convirtió en un punto de inflexión: me mostró que, incluso sin tener todas las respuestas, puedes encontrar la manera de resolver las cosas. También me abrió puertas a oportunidades que de otro modo no habría tenido.
Hoy, como CEO de aquella empresa, es una lección que sigo aplicando y compartiendo: decir sí es una de las formas más rápidas de crecer — te ayuda a destacar, a ganar impulso y a mantenerte vigente. En la actualidad, esa necesidad nunca ha sido tan urgente.
La inteligencia artificial (IA) está acelerando la transformación del trabajo a un ritmo que deja atrás a los enfoques tradicionales de desarrollo profesional. Las habilidades en roles expuestos a la IA están cambiando un 66% más rápido que en otros puestos, mientras que la “vida media” de muchas competencias ya es de menos de cinco años. Eso significa que gran parte de lo que sabes hoy podría estar quedando obsoleto.
En este entorno, la disposición a asumir nuevas oportunidades y ampliar tu conjunto de habilidades se ha vuelto esencial. Ya sea que dirijas una empresa o estés comenzando tu carrera, aquí tienes la razón por la que decir sí es el catalizador de crecimiento que necesitas.
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Decir que sí te ayuda a diferenciarte
En un mercado laboral competitivo, destacar resulta esencial. Pero eso no termina cuando consigues el puesto. El crecimiento profesional viene de seguir encontrando formas de brillar. Investigaciones muestran que las personas proactivas en el trabajo están más satisfechas con sus carreras y tienen más probabilidades de ser promovidas.
Al inicio, esa proactividad puede surgir de la curiosidad y de generar contexto. Si no hay viajes o ascensos disponibles, toma la iniciativa de buscar un mentor o aprender a través de conversaciones con colegas sobre cómo están avanzando.
Una de las mejores maneras de diferenciarte es algo que, sorprendentemente, la mayoría pasa toda su carrera sin hacer: preguntarle a tu jefe, “¿Cuál es tu mayor desafío en este momento? ¿Qué te quita el sueño?” Esto puede ofrecerte valiosas pistas sobre lo que realmente importa en el siguiente nivel y abrir la puerta para ayudar a resolver problemas clave.
Uno de mis pasajes favoritos está en un ensayo de Carl Holmes, que resalta las palabras: “…y algo más”. Lo tengo en mi escritorio como recordatorio de que la verdadera diferenciación suele darse en los márgenes. Las personas que dicen sí a ir un poco más allá —que entregan contexto junto con el análisis, que anticipan necesidades en lugar de solo reaccionar— son las que permanecen en la memoria. Esos pasos extra son los que te convierten en la persona de confianza cuando surgen oportunidades. Incluso si la recompensa no es inmediata, el capital reputacional y las relaciones que construyas pueden abrirte puertas en el futuro.
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Decir que sí genera impulso
Las mejores carreras no se construyen con un solo “sí”: crecen con el tiempo como los dividendos, multiplicándose con cada oportunidad que decides aprovechar.
Al llegar a la mitad de tu carrera, avanzar significa mantener un progreso constante, incluso frente a las obligaciones personales. En última instancia, tu carrera es tuya, y de ti depende impulsarla.
En mi caso, el punto de inflexión llegó cuando se abrió un puesto en desarrollo internacional. Aceptarlo significaba estar fuera entre un 50% y 70% del tiempo, perdiéndome con frecuencia de momentos importantes en casa. Era una encrucijada: seguir en la ruta financiera o ampliar mis horizontes. Elegí lo segundo. ¿La recompensa? Fluidez cultural, comprensión de los mercados y experiencia de liderazgo que jamás habría obtenido desde una hoja de cálculo. Ese “sí” también me preparó para ocupar un puesto ejecutivo más adelante.
Pero incluso cuando aparentemente ya estás “en la cima”, el crecimiento proviene de mantenerte abierto y curioso. Un ejemplo: después de convertirme en CEO, muchos colegas me animaron a unirme a YPO, una red global de ejecutivos. Durante años me resistí, alegando que estaba demasiado ocupado. Cuando finalmente dije que sí, me di cuenta de que debería haberme unido mucho antes. La experiencia me dio acceso a un grupo de pares de confianza, nuevas perspectivas sobre mi propio negocio y, sobre todo, la oportunidad de apoyar a otros.
Al final, como líder, es importante recordar que decir que sí no se trata solo de tu carrera. Empoderar a otros creando oportunidades de crecimiento, apoyando experimentos y celebrando logros es igual de valioso. Esto no solo incrementa el compromiso de los empleados, también multiplica el impulso en todo tu equipo.
Decir sí garantiza relevancia continua
Hoy no existe un catalizador más poderoso para decir que sí que la inteligencia artificial. De hecho, quienes dudan en adoptarla corren el riesgo de quedarse atrás rápidamente. El CEO de Nvidia advirtió que, aunque la IA no te quite el trabajo, alguien que la use sí lo hará.
En mi empresa hemos estado aprovechando la IA dentro de nuestra tecnología de entretenimiento durante años. Pero, como muchos otros, ahora exploramos cómo implementar nuevas herramientas y capacidades de IA en todas nuestras operaciones. Por eso, cuando un miembro del equipo presentó una solución prometedora que había desarrollado como proyecto paralelo, aplaudí su iniciativa, lo animé a compartirla con nuestros líderes de IA y pregunté cómo podíamos darla a conocer al resto. Ese simple “sí” se convirtió en una oportunidad de crecimiento para él y para toda la organización.
También reforzó una verdad mayor: decir que sí a la IA no se trata solo de aprender una nueva herramienta. Se trata de construir el criterio y la experiencia necesarios para usarla e implementarla de manera responsable. Al fin y al cabo, las ya conocidas “alucinaciones” de la IA exigen no solo verificación de hechos, sino también un juicio crítico respaldado por la experiencia real y el conocimiento profundo del sector, el mismo que se adquiere tras años de decir que sí a nuevos retos y oportunidades. Aunque pueda ser tentador jugar a lo seguro, hoy más que nunca quedarse inmóvil equivale a retroceder. El libro Grow or Die de George Land lo dice sin rodeos: o avanzas o te quedas atrás. Al final, es simple: di que sí, sigue adelante y las recompensas llegarán.
Conclusiones Clave
- Decir sí a los desafíos construye impulso, visibilidad y crecimiento duradero.
- La curiosidad proactiva y la iniciativa son claves para destacar profesionalmente.
- Abrazar la IA y el cambio es esencial para mantenerse vigente hoy.
Las mayores oportunidades rara vez lo parecen a simple vista: suelen presentarse como inconvenientes o situaciones incómodas, lo que hace que sea tentador rechazarlas. Pero decir que sí en esos momentos puede cambiar por completo el rumbo de tu carrera.
Lo aprendí en carne propia hace años, cuando un problema urgente con un cliente en nuestra empresa requirió viajar de inmediato a España. Uno a uno, las opciones más lógicas y de mayor jerarquía dijeron que no. Yo no era el candidato obvio, pero alguien tenía que dar un paso al frente. Ese “sí” se convirtió en un punto de inflexión: me mostró que, incluso sin tener todas las respuestas, puedes encontrar la manera de resolver las cosas. También me abrió puertas a oportunidades que de otro modo no habría tenido.
Hoy, como CEO de aquella empresa, es una lección que sigo aplicando y compartiendo: decir sí es una de las formas más rápidas de crecer — te ayuda a destacar, a ganar impulso y a mantenerte vigente. En la actualidad, esa necesidad nunca ha sido tan urgente.
La inteligencia artificial (IA) está acelerando la transformación del trabajo a un ritmo que deja atrás a los enfoques tradicionales de desarrollo profesional. Las habilidades en roles expuestos a la IA están cambiando un 66% más rápido que en otros puestos, mientras que la “vida media” de muchas competencias ya es de menos de cinco años. Eso significa que gran parte de lo que sabes hoy podría estar quedando obsoleto.
En este entorno, la disposición a asumir nuevas oportunidades y ampliar tu conjunto de habilidades se ha vuelto esencial. Ya sea que dirijas una empresa o estés comenzando tu carrera, aquí tienes la razón por la que decir sí es el catalizador de crecimiento que necesitas.
Relacionado: Todas las personas exitosas que conozco usan esta palabra. Esta es la razón por la que es importante
Decir que sí te ayuda a diferenciarte
En un mercado laboral competitivo, destacar resulta esencial. Pero eso no termina cuando consigues el puesto. El crecimiento profesional viene de seguir encontrando formas de brillar. Investigaciones muestran que las personas proactivas en el trabajo están más satisfechas con sus carreras y tienen más probabilidades de ser promovidas.
Al inicio, esa proactividad puede surgir de la curiosidad y de generar contexto. Si no hay viajes o ascensos disponibles, toma la iniciativa de buscar un mentor o aprender a través de conversaciones con colegas sobre cómo están avanzando.
Una de las mejores maneras de diferenciarte es algo que, sorprendentemente, la mayoría pasa toda su carrera sin hacer: preguntarle a tu jefe, “¿Cuál es tu mayor desafío en este momento? ¿Qué te quita el sueño?” Esto puede ofrecerte valiosas pistas sobre lo que realmente importa en el siguiente nivel y abrir la puerta para ayudar a resolver problemas clave.
Uno de mis pasajes favoritos está en un ensayo de Carl Holmes, que resalta las palabras: “…y algo más”. Lo tengo en mi escritorio como recordatorio de que la verdadera diferenciación suele darse en los márgenes. Las personas que dicen sí a ir un poco más allá —que entregan contexto junto con el análisis, que anticipan necesidades en lugar de solo reaccionar— son las que permanecen en la memoria. Esos pasos extra son los que te convierten en la persona de confianza cuando surgen oportunidades. Incluso si la recompensa no es inmediata, el capital reputacional y las relaciones que construyas pueden abrirte puertas en el futuro.
Relacionado: La inteligencia artificial me devolvió tiempo libre: así la transformé en mi ventaja competitiva
Decir que sí genera impulso
Las mejores carreras no se construyen con un solo “sí”: crecen con el tiempo como los dividendos, multiplicándose con cada oportunidad que decides aprovechar.
Al llegar a la mitad de tu carrera, avanzar significa mantener un progreso constante, incluso frente a las obligaciones personales. En última instancia, tu carrera es tuya, y de ti depende impulsarla.
En mi caso, el punto de inflexión llegó cuando se abrió un puesto en desarrollo internacional. Aceptarlo significaba estar fuera entre un 50% y 70% del tiempo, perdiéndome con frecuencia de momentos importantes en casa. Era una encrucijada: seguir en la ruta financiera o ampliar mis horizontes. Elegí lo segundo. ¿La recompensa? Fluidez cultural, comprensión de los mercados y experiencia de liderazgo que jamás habría obtenido desde una hoja de cálculo. Ese “sí” también me preparó para ocupar un puesto ejecutivo más adelante.
Pero incluso cuando aparentemente ya estás “en la cima”, el crecimiento proviene de mantenerte abierto y curioso. Un ejemplo: después de convertirme en CEO, muchos colegas me animaron a unirme a YPO, una red global de ejecutivos. Durante años me resistí, alegando que estaba demasiado ocupado. Cuando finalmente dije que sí, me di cuenta de que debería haberme unido mucho antes. La experiencia me dio acceso a un grupo de pares de confianza, nuevas perspectivas sobre mi propio negocio y, sobre todo, la oportunidad de apoyar a otros.
Al final, como líder, es importante recordar que decir que sí no se trata solo de tu carrera. Empoderar a otros creando oportunidades de crecimiento, apoyando experimentos y celebrando logros es igual de valioso. Esto no solo incrementa el compromiso de los empleados, también multiplica el impulso en todo tu equipo.
Decir sí garantiza relevancia continua
Hoy no existe un catalizador más poderoso para decir que sí que la inteligencia artificial. De hecho, quienes dudan en adoptarla corren el riesgo de quedarse atrás rápidamente. El CEO de Nvidia advirtió que, aunque la IA no te quite el trabajo, alguien que la use sí lo hará.
En mi empresa hemos estado aprovechando la IA dentro de nuestra tecnología de entretenimiento durante años. Pero, como muchos otros, ahora exploramos cómo implementar nuevas herramientas y capacidades de IA en todas nuestras operaciones. Por eso, cuando un miembro del equipo presentó una solución prometedora que había desarrollado como proyecto paralelo, aplaudí su iniciativa, lo animé a compartirla con nuestros líderes de IA y pregunté cómo podíamos darla a conocer al resto. Ese simple “sí” se convirtió en una oportunidad de crecimiento para él y para toda la organización.
También reforzó una verdad mayor: decir que sí a la IA no se trata solo de aprender una nueva herramienta. Se trata de construir el criterio y la experiencia necesarios para usarla e implementarla de manera responsable. Al fin y al cabo, las ya conocidas “alucinaciones” de la IA exigen no solo verificación de hechos, sino también un juicio crítico respaldado por la experiencia real y el conocimiento profundo del sector, el mismo que se adquiere tras años de decir que sí a nuevos retos y oportunidades. Aunque pueda ser tentador jugar a lo seguro, hoy más que nunca quedarse inmóvil equivale a retroceder. El libro Grow or Die de George Land lo dice sin rodeos: o avanzas o te quedas atrás. Al final, es simple: di que sí, sigue adelante y las recompensas llegarán.