El motor secreto de la economía: cómo las comunidades con propósito pueden salvar a las PyMEs mexicanas

La inteligencia artificial amenaza empleos y plantea un desafío para las PyMEs mexicanas. Así es como las comunidades con propósito pueden transformar empresas, generar impacto y mantener la dignidad frente a la automatización.

Por León Ruíz Ago 13, 2025
gorodenkoff | Getty Images

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.

Conclusiones Clave

  • Ante la IA, las PyMEs encuentran fuerza en comunidades con propósito.
  • La colaboración radical es el antídoto contra la disrupción tecnológica.

El diagnóstico de nuestra economía es brutalmente claro: las MiPyMEs son la columna vertebral de México. Representan el 99.8% de las empresas, generan más de la mitad del PIB y dan empleo a 27 millones de personas. Sin embargo, esta columna vertebral está anquilosada. Según el INEGI, solo el 14.4% usa un correo electrónico para operar, un raquítico 5.5% vende en línea y la gran mayoría compite en una feroz y solitaria carrera hacia el fondo, limitadas por la informalidad, los costos crecientes y el miedo al fracaso.

Pero esta crisis de estancamiento es solo el primer acto de un drama mucho mayor, uno que amenaza las bases de nuestra dignidad. Geoffrey Hinton, conocido como “el padrino de la inteligencia artificial” y ganador del Nobel de Física 2024, ha lanzado una advertencia sombría. La amenaza más urgente de la inteligencia artificial (IA) no es que las máquinas se rebelen, sino el desempleo masivo que generarán.

Hinton es tajante: aunque recibiéramos un ingreso básico universal, “la gente no será feliz, porque necesita un propósito”. La dignidad humana, argumenta, está intrínsecamente ligada a la lucha, a la sensación de ser útil y de contribuir con algo. Una vida de “extrema facilidad”, advierte, es una trampa que puede llevar al deterioro del bienestar humano y, a nivel social, a la creación de “sociedades muy desagradables” por el abismo de la desigualdad.

La pregunta que nos lanza Hinton es existencial: si el trabajo, como lo conocemos, desaparece, ¿de dónde sacaremos nuestro propósito?

La respuesta no vendrá de Silicon Valley ni de un decreto gubernamental. Se está construyendo ahora mismo, en lugares como la Sierra Norte de Puebla. La solución no es un subsidio ni un programa de digitalización genérico. La solución es estructural, cultural y comunitaria.

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La prueba viviente: El modelo Tosepan Titataniske

En la Sierra Norte de Puebla, una comunidad indígena demuestra, desde hace décadas, cómo se ve una economía resiliente. La cooperativa Tosepan Titataniske, con más de 35,000 socios, no es solo una productora de café orgánico. Es un ecosistema económico completo: impulsa la reforestación, gestiona un exitoso proyecto de ecoturismo, fomenta la educación ambiental y ha creado su propio sistema financiero local.

El resultado no es filantropía; es una estrategia económica superior. Generan empleo local estable, regeneran activamente su entorno y fortalecen su identidad cultural. La gobernanza es clave: toman decisiones colectivas en asambleas y rotan liderazgos, lo que blinda la misión frente a capturas por élites internas o intereses externos. Este diseño mantiene la coherencia a largo plazo y asegura que las ganancias se reinviertan en la comunidad.

Tosepan no esperó un rescate gubernamental ni un inversor visionario. Construyó su propia economía, demostrando que la colaboración radical es más poderosa que la competencia individual y que el propósito colectivo puede ser el motor más robusto de todos.

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De la misión local a la economía de misión

El éxito de Tosepan no es un milagro aislado ni una anécdota romántica. Es la prueba en campo de un marco económico que la economista Mariana Mazzucato llama Mission Economy. En su libro de 2021, Mazzucato argumenta que los mayores saltos de innovación de la humanidad ocurrieron cuando se definieron misiones audaces y de interés público, como el programa Apolo que nos llevó a la Luna. Esa misión movilizó al Estado, al sector privado y a la academia, generando industrias enteras y miles de patentes como efecto secundario.

“Cuando definimos el objetivo correcto, el mercado no solo responde: se transforma”, escribe Mazzucato.

Propone aplicar esa misma lógica a nuestros desafíos más complejos: cambio climático, exclusión financiera, soberanía alimentaria. Lo que Tosepan hace a escala local —definir una misión (el buen vivir de sus socios) y alinear todas sus actividades económicas para lograrla— es precisamente lo que una economía de misión busca a escala nacional. Las comunidades de propósito no son un adorno del sistema; son el núcleo operativo que puede ejecutar estas misiones desde la base.

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El combustible: del propósito individual a la acción colectiva

Estas misiones, sin embargo, no nacen en hojas de cálculo gubernamentales. Nacen de una chispa individual. Como demuestra el psicólogo William Damon en The Path to Purpose, las personas con un sentido claro de propósito son las que inician proyectos, contagian su visión y construyen alianzas. Este propósito personal es la brújula que orienta hacia el impacto.

Lo que Damon plantea en teoría, Tecmilenio lo traduce en práctica. Su plataforma Mi Propósito de Vida ayuda a las personas a identificar gustos, intereses, fortalezas y valores, y luego pasar por tres pasos: determinar a quién beneficiar, decidir la acción para generar impacto y clarificar el cambio deseado. Un propósito bien formulado —basado en voluntad, trascendencia, integridad y claridad— no solo inspira: resiste crisis y guía decisiones estratégicas.

Pero una brújula no sirve de nada si no te atreves a emprender el viaje. Y ese viaje, en un entorno complejo, es casi imposible emprenderlo solo. El verdadero impacto se desata cuando un individuo con un propósito claro se une a otros que comparten la misma obsesión, formando una comunidad con una misión colectiva.

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Tu misión, si decides aceptarla: un llamado a la acción

En 2023, la tasa de emprendimiento en México creció, pero solo uno de cada 25 nuevos negocios logra consolidarse. La soledad del emprendedor es un factor clave en esta estadística mortal. Unirse o crear una comunidad de propósito no es altruismo; es la estrategia de negocio más inteligente en el México de hoy. Funciona como un acelerador de resiliencia: se comparten riesgos, se reducen costos y se ofrece mentoría práctica entre pares.

Si quieres pasar del propósito individual al impacto colectivo, la ruta no es abstracta:

  1. Declara tu misión. ¿Qué problema te roba el sueño? ¿La contaminación plástica, la falta de acceso a la salud mental, la precariedad de los artesanos? Define tu propósito como un verbo: una acción clara para beneficiar a un grupo específico.
  2. Encuentra a tu pelotón. Busca activamente a otros obsesionados con la misma misión. Investiga cooperativas, colectivos, asociaciones gremiales o hubs sectoriales que ya estén en la trinchera. No busques networking, busca camaradas.
  3. Define tu métrica de victoria. El éxito no solo se mide en pesos. ¿Tu victoria son hectáreas reforestadas? ¿Mujeres con independencia financiera? ¿Niños con mejor nutrición? Mide lo que realmente importa para tu misión. El dinero será consecuencia.
  4. Busca apoyo aéreo, no salvadores. Una vez que tu comunidad tenga tracción, busca aliados que compartan tu misión, no que la diluyan. Programas como PyMEs Innovadoras de Nuevo León o Strive México de Mastercard no son la misión en sí misma, pero pueden ser el apoyo táctico —financiamiento, tecnología, canales— que tus tropas en tierra necesitan para escalar.

En un futuro que, como advierte Geoffrey Hinton, amenaza con despojarnos del propósito que el trabajo tradicionalmente nos ha dado, estas comunidades son más que un modelo de negocio: son un modelo de dignidad humana.

Son la infraestructura social que nos permitirá enfrentar la disrupción no como víctimas pasivas, sino como creadores activos de nuestro propio valor. El salto decisivo es dejar de pensar como un emprendedor solitario y empezar a actuar como el arquitecto de una comunidad con misión.

Estratega en educación, aprendizaje y empleabilidad, con una trayectoria enfocada en cerrar la brecha entre la formación y el acceso a trabajos aspiracionales y bien remunerados. Ha liderado proyectos de transformación laboral, como la creación de ecosistemas de empleabilidad, estudios sobre el futuro del trabajo y modelos innovadores de capacitación. Además, promueve espacios únicos para...

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